Ricardo Raphael asegura que “no hay manera de acercarse a la violencia sin que muy rápido sea un espejo de la propia violencia. Ese sí fue un aprendizaje muy duro y desestructurador”, así lo expresa el periodista y escritor al hablar de Hijo de la guerra (Seix Barral), su primera novela que bucea en la maldad de los seres humanos y reconstruye la gran tragedia de México impuesta por el narcotráfico.

El colaborador de EL UNIVERSAL asegura en entrevista que este relato de no ficción tiene muchos registros, principalmente plantea la historia de la guerra del narco, que es el escenario; pero en realidad es un espejo de la violencia masculina y su confrontación que no se ha dado en la sociedad.

“Al final me doy cuenta que el parámetro de violencia de Galdino Mellado Cruz, que dice ser el Zeta 9 —el protagonista de la novela—, no es tan distinto al parámetro de violencia en el que yo crecí; es decir, que la mirada de la mujer como ornato, como objeto prescindible, la mirada de la masculinidad a partir de la fuerza y del mandato masculino, las bromas, el lenguaje tan masculino y el horror, todo juega en la identidad y el valor masculino que sí es un mandato de violencia actual”, asegura el escritor en entrevista.

Durante 18 meses, todos los miércoles, Ricardo Raphael acudió a la prisión de Chiconautla para entrevistar a Juan Luis Vallejos de la Sancha, quien decía ser Galdino Mellado Cruz, un muerto viviente, pues en 2010 la PGR informó de su muerte. La idea que tenía el escritor era hacer una biografía de quien decía haber sido el Zeta 9; pero pronto supo que tenía que escribir una novela: “uno no elige al género, sino que el tema elige su propio género”, asegura.

Lo que Ricardo Raphael quería era entender el origen de la maldad.

“El telón de fondo de la historia es la violencia, la formación de los Zetas, la corrupción del Estado; una vez que sitúe el escenario, lo que más me importó fueron los resortes más íntimos y más personales, más psicológicos, más subjetivos del personaje que fue entre muchísimos otros un artífice del mal”.

Para llegar a esa exploración profunda de la maldad, el también autor del Mirreynato y Periodismo urgente optó por escribir una novela que transita entre la ficción y la realidad y está contada a dos bandas y a dos voces: la de un criminal, que es Juan Luis Vallejos de la Sancha o Galdino Mellado Cruz o el Zeta 9, y la del periodista, que sin duda se parece a él, a Ricardo Raphael.

El escritor nacido en la Ciudad de México, en 1968, tiene claro que, en realidad, Hijo de la guerra es un diálogo entre dos personas que se asumían distantes, el periodista y el criminal, y cómo en la conversación hay un momento en que sí hay una aproximación inevitable, “aunque no empatía, pero sí humanización de la realidad”, afirma.

“Yo no podría pretender explorar los orígenes sobre su maldad sin bucear en su conciencia, y cuando uno bucea en la conciencia del otro, no emerge la misma persona. Esa mutación, casi espiritual, que le ocurre a él y que me ocurre a mí, es el centro del relato”, indica el escritor que hoy, a las 13 horas, junto con Jorge Zepeda Patterson presenta su novela en el salón de la Academia de Ingeniería, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses