En el marco de la , curadores, investigadores, artistas contemporáneos participan este miércoles en la jornada “Dolores de cabeza: Arte, espacio público y representación”, que abre un debate sobre el tras el debate en torno del traslado de la y la colocación de una obra del artista Pedro Reyes --que no se había debatido--, que finalmente llevó a que autoridades decidieran dejar la decisión en manos del Comaep, Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos .

¿Fue la mejor decisión? Las preguntas en esta mesa van más allá.

Las artistas Mónica Mayer y Julieta Aranda , y el curador y crítico de arte Cuauhtémoc Medina, participaron en la primera mesa de la jornada que se puede seguir en el canal de Youtube de la Cátedra Inés Amor (www.youtube.com/catedrainesamor); la mesa fue moderada por el investigador José Luis Barrios

.

Julieta Aranda se preguntó “¿cómo hacer monumentos que no tengan la obligación de durar 500 años”, pues no hay una historia sino múltiples historias.

El curador en jefe del MUAC , Cuauhtémoc Medina señaló la imposibilidad de un proyecto de arte público cuando en las autoridades hay desinterés, vacío de ideas e ignorancia.

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Mónica Mayer, como Medina, celebró la forma como la antimonumenta que el sábado colocaron mujeres en la glorieta donde estaba el Colón abrió un debate. Mayer expresó su convicción de que el nombre que le dieron, “ Glorieta de las Mujeres que Luchan ”, será el nombre que siempre tendrá este espacio.

En esta primera mesa de la jornada, donde se analizó la decisión ya cancelada de colocar una cabeza olmeca en representación de la mujer indígena, los participantes abordaron temas como los relacionados con el Comaep ¿debe haber un solo Comité para todas las decisiones?; los monumentos, monumentas y memoriales; los significados de un espacio como Paseo de la Reforma; las posibilidades que pueden crear los artistas contemporáneos; lo que puede venir desde la performatividad; los proyectos impuestos por el gobierno –desde Tren Maya hasta Chapultepec --; la idea de “pueblo” que se recicla del México de la tercera década del siglo XX.

Cuauhtémoc Medina se refirió a la antimonumenta como una silueta que inició un debate. “No deja de ser un gesto material y conceptualmente enfilado a rechazar el oprobio de la definitividad”.

Este sentido de lo definitivo estuvo en la discusión en varios momentos, pero Medina también señaló la ignorancia, desinterés e imposición del gobierno de la ciudad que no pensó en tomar en cuenta a curadores, investigadores o en profesionalizar la relación del arte y el poder público: “El arte público no puede hacerse en condiciones de privacía monárquica extendida”. Añadió que “en tanto que tiene que ir más allá del antiguo privilegio del poder de significarse, el arte público hoy se plantea como un proyecto imposible, como algo que requiere la urgencia de paciencia e inteligencia por apostar por una práctica que contenga autocrítica y experimentalidad”.

Mónica Mayer, una artista que ha desarrollado muchos proyectos de arte público, se preguntó por qué Un Comité. Cuestionó si no debería haber varios como muchos son los proyectos, los asuntos que tienen que ver con la construcción de espacios sobre la memoria. En esta línea recordó el ejemplo del Memorial para Lesvy Berlín que se encuentra en las oficinas de la PGJDF, no en las calles, y en el que la familia, abogados y artistas participaron. Ese fue otro tema central: ¿Quiénes definen el tipo de monumentos/ memoriales que se crean?

La artista Julieta Aranda habló del lugar del espacio público, cómo el espacio público para todos, en estos dos años, han sido las plataformas virtuales, y la forma en que la calle ha sido tomada para protestas: Black Lives Matter y la destrucción de monumentos .

Dijo: “El espacio ha sido lugar de conflicto y ha sido resignificado. En medio de ese proceso de descolonización en todo el mundo ha sido muy importante quitar el Colón de Reforma. La segunda parte (de este proceso) fue terrible con una propuesta de un indigenismo fácil, cliché, de referentes baratos”.

Para la artista, es necesario pensar qué puede estar en ese lugar porque no se trata de remplazar una historia por otra porque las historias son múltiples. “Es pensar cómo hacer un monumento para visibilizar las múltiples historias”.

Diálogos y preguntas

Para Medina se debe reflexionar sobre pensar en la creación de espacios de memoria, en lugar de erigir monumentos que aluden al sacrificio.

"Estamos en un punto en el que resulta inaceptable que lo se hace llamar izquierda, aluda a la lógica del sacrificio. Hacer monumentos implica, implícitamente, sustituir a la figura sacrificial por una estatua de bronce. Y sí creo que es muy distinto hacer espacios de memoria admiten que hay pérdidas, que hay faltantes, que hay ausentes. Y esta lógica social es la que debemos empezar a hacer entender colectivamente. Estamos ante un gobierno con argumentos ideológicos que no está siendo capaz de escuchar el cambio de argumento, ya no tiene sentido estar levantando estatuas porque cada una de ellas invoca la grandeza del sacrificio", dijo Medina.

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El curador sostuvo que es trágico que el Zócalo sea un espacio para el ritual del presidente, porque debe ser un espacio de protesta social. "Me parecería muy grave que la ciudad entera fuera de monumentalización de los delirios que el poder tiene sobre la historia. Es importante que haya objetos que nos recuerden las funciones de protesta", dijo.

Finalmente, sobre la propuesta de " Tlali ", Medina, indicó: "El movimiento social colocó la efigie de la mujer que lucha, esta no es una derrotada sobre la que se hacen los monumentos, es exactamente lo contrario. Por eso es tan trágico el argumento de la autoridad, que no del artista fallido, sea hacer un monumento a la que le debemos. Es absurdo pensar que las estatuas están para restituirle a alguien la vida y la dignidad que le quitamos y la opresión que le generamos".

La Jornada Dolores de cabeza: Arte, espacio público y representación continúa a lo largo de este miércoles (www.youtube.com/catedrainesamor). Plantea una serie de conversaciones alrededor del arte y el espacio público como detonantes de una reflexión social más amplia, que involucra cuestiones relacionadas con las formas de representación y las políticas de la identidad, así como con los procesos de construcción de la historia y las narrativas colectivas, a través de monumentalización y de los usos del arte y el espacio público.

fjb

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