El pasado 19 de abril inició en la India el proceso democrático más grande y complejo del mundo, mismo que concluirá el próximo 4 de junio tras seis semanas y siete fases en las que votaran alrededor de 1000 millones personas.

En estas elecciones, el primer ministro Narendra Modi se presenta por tercera vez consecutiva al cargo y la prórroga de 10 años de gobierno a su partido Bharatiya Janata (BJP).

El país más poblado del mundo cuenta con 1,400 millones de habitantes, de los cuales 969 millones son votantes registrados. Esta cifra representa más de una décima parte de la población mundial, o alrededor de cuatro veces el número de votantes de la siguiente democracia más grande, Estados Unidos.

India es una república democrática parlamentaria federal, con un sistema multipartidista de mayoría relativa. El país tiene más de 2.500 partidos políticos, aunque sólo 10 de ellos ocupan el 86% de todos los escaños en el Lok Sabha, la cámara baja del parlamento. Los indios votan para cubrir 543 escaños del poder legislativo.

La Comisión Electoral de la India es el órgano encargado de planificar y ejecutar cuidadosamente las elecciones. Este año se han instalado más de un millón de casillas electorales en todo el país, y se han desplegado cerca 15 millones de miembros del personal electoral que ayudarán a registrar el voto a través de máquinas de votación electrónica.

La India tiene una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados con habitantes en megaciudades y comunidades dispersas en territorios remotos como el Himalaya, el desierto de Thar, en bosques y a lo largo del Ganges. En este contexto las leyes de la India establecen que no se puede exigir a los votantes que viajen más de 2 kilómetros desde su casa para llegar a una casilla electoral. Para instalar las casillas, los trabajadores electorales atraviesan el país a pie, bicicleta, helicóptero, barco, o incluso a caballo, camello o elefante.

Con el objetivo de asegurar la votación universal, la Comisión Electoral instaló este año una casilla electoral a una altitud de 4.650 m en una aldea en el corazón del Himalaya, la mesa electoral más alta del mundo, mientras un equipo de 10 personas fue desplegado en lo profundo del Bosque de Gir, el hábitat natural del león asiático, donde hay un solo votante registrado, un monje hindú.

Las máquinas de votación electrónica se convirtieron en un estándar en todas las elecciones nacionales de la India a partir de 2004. Han simplificado la votación para millones de personas, particularmente en las ciudades más pobladas de la India, donde los colegios electorales más concurridos pueden atender hasta 12 mil personas al día.

Para garantizar la seguridad de los candidatos y el proceso de votación, más de 300 mil miembros de las fuerzas de seguridad federal se despliegan con el fin de apoyar la tarea de transportar máquinas de votación y mantener la paz en las elecciones de este año. El territorio es tan vasto que esta cifra no es suficiente para cubrir toda la nación a la vez, por lo que las elecciones se dividen en etapas que permiten turnar a los soldados.

La cuidadosa planificación de este colosal ejercicio democrático es la clave para asegurar una alta participación electoral. En 2019, el 67 por ciento del electorado votó en las elecciones nacionales, una gran hazaña para un electorado tan grande y diverso como la India.

Estas elecciones serán las más caras del mundo. Se prevé que los partidos políticos gastarán el doble de los 7 mil millones de dólares invertidos en las elecciones de 2019, por el aumento de los electores, por los costos de las redes sociales y las campañas publicitarias, así como el gasto de los viajes de los candidatos para estas asombrosas elecciones en la más grande democracia del mundo.

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