abida.ventura@eluniversal.com.mx

A pesar de ser un inmueble edificado sobre un terreno inestable y que ha sufrido hundimientos diferenciales desde que comenzó a construirse hace más de 500 años, la Catedral Metropolitana resistió de pie el sismo del pasado 19 de septiembre gracias a que fue construida como “una estructura bastante sólida” y a los trabajos de reforzamiento y monitoreo constante que se le han hecho en las últimas décadas, asegura el ingeniero Roberto Sánchez Ramírez.

“Estaría en riesgo si no se atiende porque hay zonas que deben ser definitivamente intervenidas para que el daño no progrese”, dice el especialista que colabora con el ingeniero Roberto Meli. A finales de 1980, ambos trabajaron en la rehabilitación del monumento histórico para resarcir los hundimientos diferenciales que tenía.

Una de esas zonas que se deben atender con urgencia, señala, son las torres del campanario que fueron las más dañadas pero que resistieron bien a la magnitud del sismo por la forma en que fueron diseñadas: “Las torres tienen unos refuerzos metálicos que evitaron que los daños fueran mayores. Aparecieron agrietamientos, pero fueron limitados debido al refuerzo que le dotaron en el pasado”.

Otra parte que debe ser atendida, dice, es la linternilla de la cúpula que ya estaba deteriorada, pero que empeoró con el sismo.

No obstante, sostiene, “la Catedral como conjunto es una estructura bastante sólida, los daños son importantes pero no ponen en riesgo su estabilidad”.

De acuerdo con el ingeniero, desde 1994, después de que se logró reducir el hundimiento del edificio, al interior del templo se instaló un equipo que monitorea el comportamiento del edificio y que les ha permitido atender los problemas estructurales que se presentan. “Una de las cosas que se aprecia es que continúa el asentamiento del inmueble, pero es mucho menor”.

Al año, dice el ingeniero, la parte sur-poniente de la Catedral (la que colinda con el Sagrario) se hunde unos cinco centímetros. “En los últimos 10 años ya descendió unos 50 centímetros”, señala.

Según el ingeniero, el recinto también cuenta con una red de acelerómetros instalados en el atrio y en las torres que les permite medir las vibraciones en el edificio. Hasta ahora, dice, los únicos factores que han hecho que ese equipo se active han sido los sismos y los camiones de carga pesada, como los tanques militares que se utilizan en los desfiles del 16 de septiembre. “Cuando se rebasa cierto umbral, los aparatos se activan, como en caso de sismo. Si el temblor es de poca magnitud, no se activan”.

Explica que después del sismo del 19 de septiembre, con las concentraciones en el Zócalo, como en el concierto del pasado 8 de octubre, no se activaron esos censores. “Un factor que sí hemos observado es el desfile del 16 de septiembre, cuando pasan los tanques. Pero es un caso moderado, no es algo que tenga un impacto importante”, señala.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses