Un total de 17 piezas arqueológicas precolombinas que fueron sustraídas de manera ilícita de Guatemala en los años 60 y que luego fueron localizadas en Alemania, Italia y Suiza forman parte hoy de una exposición que pretende devolver al país centroamericano parte de su memoria histórica.

"Recuperando testimonios de nuestra historia" es una muestra que estará abierta al público durante un mes en el Palacio Nacional de la Cultura y en la que convergen estas 17 obras nuevas, recién recuperadas, y otras que llegaron al país este año de Estados Unidos y El Salvador.

Platos, piezas sueltas y cabezas de cerámica del período clásico temprano entre los años 250 d.C al 900 d.C. provenientes de la costa sur del nororiente de Guatemala conforman este paseo por la historia en el que destaca el caso Patterson, que se remonta hasta 1996, cuando se inauguró en el Museo del Pueblo Gallego (España) la exposición "El espíritu de América prehistórica, 3.000 años de cultura".

Esta muestra, promovida por Leonardo Augustus Patterson , un exdiplomático de nacionalidad costarricense-alemana, estaba compuesta por mil 400 piezas arqueológicas de una colección personal que había tardado más de 30 años en reunirla y que luego reclamaron países afectados de toda Latinoamérica.

Guatemala recuperó de ese entonces un plato de cerámica trípode policromo, que por sus características morfológicas y atributos decorativos procedía de las Tierras Bajas Mayas (Petén), y que ahora preside el centro de esta muestra como emblema de la lucha "contra el tráfico ilícito de bienes culturales".

"El tráfico comienza con la conquista española, especialmente en el departamento de Petén, y fueron depredaciones de forma desmedida aunque no hay datos exactos por la falta de denuncias y registros en la época", dijo el jefe del departamento de Prevención y Control de Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, Eduardo Hernández.

Es por ello, que el Ministerio de Cultura y Deportes ha iniciado desde hace años un trabajo de prevención, control y recuperación cuyo último eslabón es "la repatriación", el paso más importante pero el más complicado por la falta de recursos, admitió el titular de la cartera, José Luis Chea.

"Este es un pequeño pedazo de una identidad nacional que ha sido saqueada y expoliada", proclamó, y añadió que estas piezas son "embajadoras silenciosas de una cultura milenaria" que muestra a Guatemala como el país "más rico y más importante" en este ámbito.

Los mayas, que poblaron lo que ahora es Centroamérica y el sur de México, son aún unos auténticos desconocidos para el mundo moderno y esta máquina del tiempo pretende devolver parte de la historia a Guatemala y construir un presente y un futuro basados en un pasado "orgulloso".

"Representan lo que somos, lo que fuimos y de lo que debemos sentirnos orgullosos", zanjó Chea antes de dar por inaugurada esta muestra, cuyas piezas regresarán después al Museo Nacional de Arqueología y Etnología como parte de la "diplomacia cultural".

nrv

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