Oaxaca de Juárez.– Ha pasado casi un año desde que el futuro del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca ( MACO ) se volvió incierto y el peligro de que cierren sus 14 salas de exposición , separadas por altos muros blancos de la Casa de Cortés , sólo aumenta.
En mayo de 2020, la asociación Amigos del MACO, encargada de la gestión de recursos del museo, dejó de pagar salarios a 19 trabajadores, justo cuando la pandemia de Covid-19 obligó a cerrar las puertas por un semestre.
Hasta hoy, aunque el espacio abrió por siete meses, desde septiembre, la situación económica no ha mejorado y el conflicto estalló en un desalojo violento de los trabajadores, el anuncio de que se renovará a la dirección, una auditoría interna, y el cierre temporal del recinto, uno de los más importantes del estado.
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De acuerdo con Cecilia Mingüer Vargas , la aún directora del museo, hasta ahora el MACO acumula una deuda de 2 millones de pesos y se interpuso una demanda ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
“No lo habíamos hecho antes porque pensamos que la situación se iba a regularizar, confiando en la parte patronal, los Amigos del MACO”, dijo entrevista con EL UNIVERSAL .
No sucedió. A las 2:30 de la mañana del sábado cuatro hombres que no se identificaron desalojaron por la fuerza a uno de los empleados que realizaba una guardia nocturna.
Estas guardias habían sido implementadas por ante el riesgo de que la asociación intentara un cierre sorpresivo, luego de que el 2 de abril ya lo había intentado aún cuando se tenía prevista la feria de diseño Atemporal . El cierre se concretó una semana después.
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“El desgaste para los trabajadores ya no sólo es económico, sino emocional. Es una situación compleja pero todos decidimos continuar manteniendo el espacio abierto y buscando la manera de generar ingresos, no sólo con entradas, sino con proyectos que permitan regularizar los pagos de los trabajadores, aunque la deuda la tiene que solventar la organización”, confió Mingüer Vargas a este medio poco antes del desalojo.
La intención de cerrar el espacio no era nueva. Desde el 28 de enero, los trabajadores denunciaron las intenciones de la asociación de cerrar el recinto cultural, por lo que tanto la directora, como la coordinadora, Laura Cravioto , decidieron pernoctar en el lugar por varios días, para evitarlo.
Dicha decisión fue resultado de una alerta lanzada desde noviembre de 2020, cuando advirtieron que la asociación había decidido sólo absorber los gastos de las exposiciones, dejando fuera salarios, gastos mantenimiento, entre otros. Fue por ello que en diciembre, colocaron una manta, para hacer público el adeudo que hasta hoy no se han solventado.
“Nunca hubo acuerdos. Hubo dos mesas de trabajo, en la primera nos pidieron no hacer público nada y nos dijeron que ellos harían lo mismo... al día siguiente estaban acusándonos de una serie de situaciones, particularmente a mí. No había intención de llegar a ningún acuerdo”, explicó Mingüer.
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Para el 10 de febrero, cuando los trabajadores recibieron un donativo de 190 mil pesos en total, 10 mil cada uno, proveniente de artistas solidarios , la deuda alcanzaba 1.2 millones de pesos; posteriormente recibieron otros 100 miles pesos recolectados en una subasta.
Salvar el barco
Desde antes de concretarse el cierre sorpresivo, Cecilia Mingüer advertía que ignoraban cuáles eran las intenciones de la mesa directiva, por lo que la preocupación crecía día con día. “Estamos intentando sacar el barco a flote, que el museo se mantenga vivo, que la gente se acerque y empatice”.
Fue con esa esperanza que remitieron una carta al gobernador Alejandro Murat para plantear la situación del recinto, pero hasta el cierre de esta edición no había respuesta.
“Confiamos en que el gobernador tiene buena disposición y pueda recibirnos para conocer nuestra disposición de colaborar, pero dejando claro que no vamos a permitir que el museo cierre”, sostuvo la aún directora.
Cecilia Mingüer cree que quizá, la situación rebasó a la mesa directiva y el cierre obedece a buscar un respiro, decisión que ella reprobó. “Pienso que no es viable. No puedo entender cómo cerrar el espacio y dejar a los trabajadores sin sus pagos. Es más factible mantenerlo abierto y generar proyectos que lleven recursos al museo, para solventar el adeudo con trabajadores y proveedores”.
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El adeudo actual del MACO es de unos dos millones de pesos, entre salarios y proveedores, que ella consideró es manejable, pero con un apoyo decidido en torno a la situación.
“Pensamos que quien puede hacerlo es el gobernador. El museo está por cumplir 30 años y ha dado mucho a la comunidad oaxaqueña ”, insistió Cecilia, quien ha estado al frente del MACO por 17 años.
En 2008, recuerda, el museo atravesó una situación similar, que tuvo una réplica en 2019; sin embargo, en esta ocasión el desgaste es demasiado para los trabajadores, quienes continúan laborando sin sueldo.
La motivación para continuar, expresó, la encontramos en el mismo espacio. “Estamos agotados. Hay compañeros que han dejado de venir, pero los que permanecen… no tengo palabras para describir el esfuerzo que hacen y lo comprometida que me hacen sentir de continuar luchando por ellos”.
Por el caso del MACO, se inició un proceso ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ( DDHPO ) que guarda constancia de las constantes vejaciones y violaciones a los derechos fundamentales de los trabajadores.
La motivación para continuar, expresa, la encontramos en el mismo espacio. “Estamos agotados. Hay compañeros que han dejado de venir, pero los que permanecen… no tengo palabras para describir el esfuerzo que hacen y lo comprometida que me hacen sentir de continuar luchando por ellos”, expone.
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Tras sacar por la fuerza a los trabajadores, la Asociación Amigos del MACO informó que se procederá a realizar una auditoría y que trabajan en la manera de solventar la deuda a los trabajadores, quienes no han recibido salarios desde abril de 2020.
También acusó que la situación financiera del museo se complicó porque la dirección administrativa no cumplió con su función de presentar adecuadamente los gastos realizados durante 2019, ante la Secretaría de la Cultura y las Artes ( Seculta ).
Ante ello, expuso, el gobierno estatal no pudo asignar los recursos correspondientes al 2020. Dichos señalamientos han sido desestimados reiteradamente por la aún directora Cecilia Mingüer, quien asegura que dicha obligación correspondía a la asociación.
Ayer por la tarde artistas y trabajadores se manifestaron por el cierre del espacio, bajo la consiga: “El MACO es de los artistas y de la comunidad, no de los caciques”.