La discusión alrededor del libro Grandeza (Planeta, 2025), la novedad editorial del expresidente Andrés Manuel López Obrador, alcanzó al círculo académico y no es para menos.
Grandeza se presenta como un libro de divulgación histórica y cultural que pretende derribar supuestos mitos y hechos que marcaron la forma en que hoy se narra el periodo histórico de la Conquista. Una de las afirmaciones que ha causado polémica es la negación de que las sociedades prehispánicas llevaron a cabo sacrificios humanos.
Para presentar su reciente obra, López Obrador publicó un video de casi 50 minutos en el que desarrolla parte de las líneas que conforman el libro y, tajante, niega que en la época prehispánica se realizaran sacrificios humanos o se comiera carne humana.
Lee también: Adán Augusto reconoce que regaló miles de libros de AMLO a senadores; desconoce cuánto gastó

“Echaron a andar una campaña, donde dijeron que eran bárbaros, salvajes, que hacían sacrificios de sangre, que arrancaban corazones y los exponen y ofrecen a los dioses, es pura mentira, eso lo demuestro, no hubo sacrificios; Cortés y los frailes fueron los que crearon todo, crearon la cartilla de las mentiras, que todos copiaron, hasta la fecha, incluso profesionales de las ciencias sociales”, afirmó López Obrador.
Pero el libro del exmandatario va más allá, ya que no sólo pretende derribar la historia de las sociedades mesoamericanas, también aborda la creación del universo, el origen del hombre, la evolución e incluso trata sobre las antiguas civilizaciones europeas.
Grandeza divide sus más de 600 páginas en dos grandes ejes temáticos: el origen y destino de las civilizaciones, y la grandeza indígena, en 10 capítulos que en la mayoría narran la historia universal de forma cronológica.
Lee también: La “Grandeza” de AMLO desplaza al libro de Sheinbaum

Justo para desafiar el trabajo hecho en décadas de investigaciones arqueológicas y antropológicas, López Obrador se da la libertad de “hacer las interpretaciones necesarias” de las fuentes consultadas, según explica en la página 450 de su libro.
Al final, enumera las fuentes consultadas para su investigación, y llama la atención que mezcla trabajos académicos y libros históricos de grandes nombres de la investigación histórica y social como Guillermo Bonfil Batalla, Eduardo Galeano, Enrique Semo y Alfredo López Austin, con la Biblia, los Diálogos de Platón y las teorías evolutivas de Charles Darwin.
El resultado ha sido un libro que cuenta con la promoción del gobierno: la presidenta Claudia Sheinbaum respaldó la obra editorial e hizo un llamado a leerlo. “Sigue luchando desde donde está; habrá que leer su libro, será polémico, pero es un legado muy importante”, señaló en conferencia de prensa.
Ayer, EL UNIVERSAL informó que el Senado adquirió 17 mil ejemplares de Grandeza, los cuales serán entregados como “regalo navideño” entre la población.
Se consultó a investigadores y arqueólogos expertos en la historia mesoamericana, quienes además han investigado a fondo el tema del sacrificio en las sociedades prehispánicas. La conclusión a la que llegan es directa: hoy se cuenta con la evidencia de que sociedades como la mexica, maya, teotihuacana y otras llevaron a cabo sacrificios humanos como ofrenda a sus dioses.
El director del Proyecto Templo Mayor, el arqueólogo Leonardo López Luján, dice a este diario que prefiere que las investigaciones hablen por sí mismas, y cita algunos libros que combaten las ideas negacionistas propuestas en Grandeza.
En sus redes sociales, el arqueólogo compartió el artículo “El sacrificio humano entre los mexicas”, escrito por él y en coautoría con su padre, el historiador Alfredo López Austin, y publicado en la revista Arqueología Mexicana.
López Luján hace énfasis en que, además de la evidencia iconográfica y artística, como los códices, hoy se cuenta con evidencia arqueológica y antropológica física que prueba que los sacrificios humanos eran parte de las sociedades mesoamericanas.
“Tenemos los escenarios, es decir, las pirámides, las piedras sacrificiales, y los vasos para depositar corazones y otras ofrendas de sangre, es decir, las bases de la ceremonia, las bases de la operación ritual, los contenedores y miles de cuchillos, y más importante, los restos humanos de niños y adultos, hombres y mujeres, que tienen huellas de cortes para extraer el corazón (cardiotomía), así como análisis de hierro y de residuos proteicos, esas evidencias están en el texto que publiqué y que se puede consultar públicamente”, explica.
Lee también: Grandeza, el nuevo libro de AMLO; muchos ejemplares, pocas ventas
En ese mismo canal, el reconocido arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma señala que se tienen las suficientes evidencias para sustentar el sacrificio como una práctica en Mesoamérica.
“Tenemos sobrados datos tanto en códices prehispánicos como en esculturas, pintura mural, relieves, etc... del sacrificio humano, además de los restos óseos que indican decapitación”.
Y agrega que lo importante es conocer las razones por las que se hacían. La extracción del corazón era aplicada principalmente a guerreros capturados o esclavos, ya que era un ritual en honor del Sol (Huitzilopochtli) para que no detuviera su andar y por lo tanto hubiera vida... a través de la muerte. En muchas religiones el sacrificio de la deidad conlleva el proporcionar vida”.
Lee también: El machismo de AMLO
El arqueólogo Sergio Chávez, director del Proyecto Tlalocan, de Teotihuacan, ve la publicación del libro como “un despojo” a la investigación histórica y arqueológica.
“Es un despojo, y a la vez negación del trabajo de investigación que ha demostrado que sí hubo sacrificios humanos. En Teotihuacan tenemos muchos ejemplos: los 260 individuos sacrificados para conmemorar el inicio de la construcción del templo de la Serpiente Emplumada, los individuos mayas sepultados en la Pirámide de la Luna también sacrificados, las decenas de niños encontrados en el barrio de la Ventilla, que muestran una muerte violenta y rápida que no dejo marcas de estrés, lo que corrobora que fueron sacrificados, es decir, todos los estudios de la antropólogos físicos del INAH y otras instituciones que demuestran que sí hubo sacrificios humanos”, abunda Chávez.
Añade que se intenta imponer una verdad impulsada por el expresidente. “Se impondrá lo que el expresidente dice, sin tener autoridad académica que le permita afirmar tal cosa. Se impone una visión particular dogmática de alguien que niega el conocimiento científico”.
Lee también: “La situación del mundo sin duda es preocupante”: Amin Maalouf
Para Omar Espinosa, arqueólogo y divulgador cultural, la historia y la arqueología siempre han sido instrumentos ideológicos del Estado. Señala que el caso de Grandeza puede verse como otro de los elementos por construir un proyecto de nación impulsado por quienes hoy ostentan el poder político.
“Este tipo de publicaciones (Grandeza), y este tipo de exaltaciones al pasado nos muestran su idea de proyecto de nación, que se parece un poco al que se tenía en el periodo posrevolucionario, de un México prehispánico que era transparente y majestuoso y que no puede mancharse por ninguna crítica negativa”, señala.
Y agrega que ver la historia de una forma tan polarizada como pretende la publicación de López Obrador es peligroso porque crea espejismos de la historia, en donde solo una verdad se erige sobre las demás.
Lee también: México y Chile firman un acuerdo para trabajar en Inteligencia Artificial
“No solo es la creación de ese espejismo histórico, sino que estás básicamente borrando o idealizando u omitiendo lo que son las características y la diversidad cultural que existió a lo largo de la historia, eso es peligroso”.
[Publicidad]
[Publicidad]

