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La fila es larga, empieza en el número 134 de Miguel Ángel de Quevedo y termina casi en Avenida Universidad. La noticia del cierre de la vieja librería Gandhi, con el apellido ahora de Oportunidades, motivó a cientos de personas a acudir a la sucursal que abrió en junio de 1971, hace 49 años, y que cerrará al público el próximo 16 de agosto. Un fenómeno en días de pandemia.
Es la nostalgia, quizá; o el deseo de cazar una joya literaria, un descuento, un disco. Es viernes de quincena y en la calle se ha formado una postal inaudita, potenciales lectores o lectores consumados, morros, señores, señoras, con la boca y nariz cubiertas y la mirada alerta, están ahí mientras en Twitter siguen debatiendo si es cierre o renovación. Es cierre. Ni hablar.

La gente tampoco lo pensó. La espera es de dos horas. En el local sólo se permite un máximo de 16 clientes al mismo tiempo, dos cajas abiertas y un reducido personal. La fila sigue creciendo y los empleados deciden moverla al otro extremo, de cara a Insurgentes. Un error, se forma una ola y la distancia se acorta. Nadie reclama.

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