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Pocos días antes de su muerte, el 20 de agosto de 2016, Ignacio Padilla envío a Socorro Venegas, editora de obras infantiles y juveniles del Fondo de Cultura Económica (FCE), la versión final de Última escala en ninguna parte, una novela breve dirigida al público juvenil que Jorge Volpi considera un texto muy notable.

“Nacho era muy discreto al trasladar sus preocupaciones autobiográficas a sus libros, pero creo que en sus obras infantiles existen algunas de esas preocupaciones personales. Eso está presente en Los papeles del dragón típico, en Todos los osos son zurdos y ahora en este libro que yo no dejo de leer no sólo como esta meditación general con la metáfora de los viajeros frecuentes, sobre la carrera que uno va tomando en la vida, sino también sobre la carrera literaria”, afirma Jorge Volpi, albacea literario de Padilla, por decisión de la familia del autor fallecido a los 47 años.

Junto al manuscrito, Nacho Padilla envío a su editora un correo electrónico donde expresaba sus dudas sobre el perfil de los lectores a los que iba dirigida esa historia protagonizada por Abilio, un muchacho que emprende un viaje interminable alrededor del mundo, viaje del que no regresará jamás a casa. “Nacho no estaba seguro de que fuera una historia para niños, pues le parecía muy melancólica”, afirma Socorro Venegas.

La editora dice a EL UNIVERSAL: “Tenía razón, pero no es sólo por ese tono melancólico que pensamos que era apropiado publicar el libro en la colección de narrativa juvenil A través del Espejo, es también por el ímpetu vital del personaje central, Abilio, tan semejante a los jóvenes que están deseando correr aventuras lejos de casa y conocer el mundo. Se trata de un texto de excelente calidad, muy reflexivo, que le habla a cualquier lector no según la edad que tenga, sino según su riqueza imaginativa”.

Esa obra póstuma de quien fuera miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, maestro en Letras inglesas y doctor en filología hispánica ha sido puesta a circular hace unos días por el FCE en todo el país en su colección A través del espejo.

“Se trata de un texto breve, en ese capítulo de textos breves en los que yo creo que Nacho era un maestro. Es realmente de altísimo nivel, yo creo que uno de sus mejores relatos para niños y jóvenes. Se trata del último libro que él alcanzó a revisar hasta el final, que le alcanzó a entregar a Socorro Venegas, su editora en el Fondo de Cultura Económica, no hubo necesidad de hacer otra cosa más que seguir el procedimiento, y la edición Socorro la llevó a cabo de manera impecable”, afirma Jorge Volpi en entrevista desde Colombia.

Venegas también reconoce que Última escala en ninguna parte es un cuento largo que, como otros de Nacho, nos hace cómplices de aventuras extrañísimas y divertidas, con los resultados más inesperados. “Por su tono narrativo pensamos que era apropiada para los lectores juveniles de A través del Espejo, que es, por cierto, una colección que lleva el nombre de una obra de Carroll que Nacho me había propuesto traducir. En Última escala... vemos algunas constantes de la narrativa de Padilla: no tanto la búsqueda de sentido, sino la invención de las leyes que le darán sentido a los universos creados por el escritor”.


Siempre el destino. “Es una historia triste y extraña, aunque no menos extraña que otros de mis libros”, era una de las frases con las que Ignacio Padilla describía este texto breve en el que Abilio, el protagonista, dice: “Quería ver el mundo y acercarme peligrosamente a ese punto del viaje a partir del cual, según mi tío Maclovio, ya no era posible regresar”.

Jorge Volpi asegura que Última escala en ninguna parte es un libro realmente muy bonito y al mismo tiempo muy triste. “Reflexiona sobre la manera en que cada uno nos enfrentamos a las propias decisiones que vamos tomando en la vida, cómo éstas nos van llevando a caminos que a veces no imaginábamos y cómo es difícil salir justamente de esas decisiones y de esos caminos en los que a veces uno queda atrapado. Creo que, como todo gran cuento infantil, se trata de un cuento que también es una gran lectura para adultos”.

Volpi reconoce que esta historia es sobre cómo se forma el destino y cómo somos también artífices de nuestro propio destino sin saberlo. “Vamos tomando pequeñas decisiones, pero que en el fondo tienen grandes consecuencias que a veces nos terminan atrapando o condenando a tener un cierto tipo de vida y cómo es muy difícil escapar a ellas. Quizás, pues en una reflexión todavía más trágica, en el fondo la última escapatoria es como en el caso de Nacho, pues precisamente la muerte”.

La escritora Silvia Molina dice que Nacho tenía una imaginación desbordante y un sentido de la aventura que él mismo practicó. “Sus textos son amenos, entretenidos y manejan la contradicción que te lleva siempre a algo interesante. Por ejemplo, uno comienza el día que unos niños hallan un barco en un desierto”.

Compañera de Padilla en la academia Mexicana de la Lengua, Molina indica que la curiosidad por todo, la imaginación desbordante y la creación de personajes míticos son los elementos característicos de la literatura de este escritor que México perdió.


Publicarán su obra maestra. Jorge Volpi está a cargo de los manuscritos y de los libros que se publiquen de Nacho Padilla. Actualmente prepara la gran edición de la Micropedia, la colección de cuatro libros de cuentos que el narrador siempre imaginó completa y que se publicará el próximo año.

“Estamos buscando una gran edición de lo que yo creo que es la obra maestra de Nacho, la Micropedia, esta colección de cuatro libros que él imaginó siempre juntos, hilados, ligados y que deben de ser publicados al mismo tiempo. Ya se han publicado algunos volúmenes pero no la Micropedia completa ni en la misma editorial, ahora la idea es reunirla en la editorial que mejor pueda difundir el trabajo de Nacho”, señala Volpi.

Esa gran obra que congregará la tetralogía publicada por Padilla, integrada por Las antípodas y el siglo, El androide y las quimeras, Los reflejos y la escarcha y Lo volátil y las fauces, incluirá cuentos inéditos que se incorporarán a esa edición.

“También hay algunos textos más que justo estamos evaluando y revisando en qué medida están completos. Él estaba trabajando en otros libros al momento de su muerte, nada más estamos tratando de determinar en qué medida esos libros pueden ser publicables y contribuir a su obra, lo que es seguro es que la Micropedia contendrá algunos cuentos inéditos, en este proyecto que es en realidad el proyecto de vida de Nacho, respecto a sus cuentos”, afirma Volpi.

Justo a un año de su muerte, Jorge Volpi sigue pensando lo mismo. “Perdí a un amigo, a un hermano, y la literatura perdió a un gran escritor, sobre todo a un cuentista prodigioso, un buen novelista, un ensayista siempre brillante”.

Venegas dice que con la muerte del autor, la literatura perdió a un hombre muy generoso, inteligentísimo, apasionado, y a un escritor entregado completamente a la literatura, en la plenitud de su carrera, un escritor capaz de revelarnos una manera más rica de ver y estar en el mundo.

Silvia Molina, quien el próximo 24 de agosto participará junto con Rosa Beltrán y Jesús Silva Herzog en el homenaje luctuoso que le rinde la Academia Mexicana de la Lengua, expresa: “Perdimos a una persona querendona, cortés, cariñosa, brillante y modesta. Pienso que era un buen cuentista. Hubiera llegado lejos”.

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