Guadalajara.— Entre la realidad imperante en la década de los 50, en la que sucede la historia de Tiempos recios (Alfaguara), la nueva novela de Mario Vargas Llosa, y la realidad actual latinoamericana, hay un cambio sustancial: hace seis décadas, Estados Unidos miraba a América Latina como su “cuarto trasero” y hoy muestra “un desinterés casi absoluto”, señaló el Premio Nobel de Literatura.

Durante un encuentro con la prensa en la 33 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Mario Vargas Llosa dijo que si desde el presente regresamos al pasado vemos a una América Latina y a un Estados Unidos muy distintos de lo que son hoy día.

“Desde esa época, las relaciones entre América Latina y Estados Unidos han cambiado fundamentalmente; no tiene sentido hoy en día imaginar cosa semejante. Hoy en día Estados Unidos muestra un desinterés casi absoluto por América Latina. Las compañías norteamericanas en Estados Unidos no quieren invertir, invierten poco”, dijo el autor que es uno de los invitados especiales de esta feria que está dedicada a la India.

Al dar cuenta de la historia de su nueva novela, que relata el golpe militar de Carlos Castillo Armas, auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA contra el gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala, Vargas Llosa dijo que “Estados Unidos ha dejado de ser, hace mucho tiempo, el primer país inversor extranjero en América Latina”. Explicó que aquel se sustentó en la mentira de que Árbenz alentaba la entrada del comunismo soviético al continente.

Aunque se negó a hablar del acontecer político actual y mucho menos de la situación de México, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa comentó que “un régimen como el que representó el del coronel Árbenz tendrían que reivindicarlo y defenderlo los demócratas latinoamericanos”.

Aseguró que lo que “ha contribuido mucho a la confusión respecto a la naturaleza del gobierno de Jacobo Árbenz es que es la extrema izquierda la que ha asumido su defensa; son los socialistas, son los comunistas, son las fuerzas más extremistas de América Latina las que han defendido al gobierno de Árbenz”.

Todo eso, dijo, ha contribuido, más todavía, a la gran confusión que existe respecto a su gobierno.

“Cuando ustedes leen su proyecto de reforma agraria (de Árbenz) se quedan muy sorprendidos; ese proyecto de reforma agraria no quiere de ninguna manera, de ninguna manera, crear un sistema socialista en la propiedad y en el trabajo de la tierra. En absoluto. ¿Qué cosa quiere? Quiere crear una agricultura fundamentalmente capitalista y quiere convertir a los campesinos en Guatemala en pequeños propietarios agrícolas”.

El autor de La fiesta del Chivo relató cómo volvió a Guatemala y a República Dominicana desde la literatura. Contó que hace más de dos años y medio estando en República Dominicana, en medio de una cena, alguien se sentó a su lado “y escuché una frase que me dijo: ‘Mario, tengo una historia para que la escribas’. Generalmente los novelistas no suelen escribir aquellas historias que los amigos y conocidos les recomiendan escribir”.

Sin embargo, él, Vargas Llosa, lo escuchó y se dejó seducir por la historia que le contó el historiador, poeta, periodista dominicano Tony Raful, que ha escrito un libro sobre Guatemala situado en la época de Arévalo y del coronel Árbenz.

“La historia que me contó la desco nocía a pesar de haber publicado un libro sobre Trujillo y haber investigado mucho lo que fueron los 31 años de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana, desconocía casi por completo la implicación del generalísimo Trujillo tanto en la caída como de la presidencia del coronel Árbenz en Guatemala, pero me interesó y comencé a revisar decenas de documentos que Estados Unidos había liberado”, señaló el narrador que a partir de esa búsqueda se adentró en una investigación y desmintió las fakenews, que dijo, ayudaron a crear los grandes periódicos de Estados Unidos.

Los 50 años de de Conversación en La Catedral


Durante su visita a la FIL, Vargas Llosa presentó Tiempos recios pero también habló de Conversación en La Catedral, a 50 años de su publicación.

El Nobel de Literatura dijo que esta novela, que sin duda es una de las obras que siente más cerca, lo llevó a hacer otra diferenciación entre el pasado y el presente.

Dijo que el pesimismo sobre Perú, que es lo que prevalece y habita Conversación en La Catedral, contrasta con el optimismo que en la actualidad le despierta su país e incluso América Latina.

Y el escritor se refirió al dicho de hace unos días de que Perú se está “desjodiendo”. Afirmó: “La palabra fue de un periodista que me preguntó: ‘¿El Perú sigue jodido o se está desjodiendo?’ Yo, pues di una respuesta optimista, dije: ‘Tengo la impresión de que se está desjodiendo’”.

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