Al poeta, ensayista y académico Vicente Quirarte (19 de julio de 1954) el que le ha sido otorgado en la categoría de Lingüística y Literatura le parece un reconocimiento maravilloso, “el más grande”, dice, a su trayectoria y a su vida que decidió dedicar a la y que le ha dado muchas satisfacciones, además es un aliciente a un duro periodo de salud del que va saliendo producto de una embolia pulmonar que lo ha llevado a aprender a hablar de nuevo.

Con voz más pausada, pero animada, feliz y fascinado por la gracia de la vida, el escritor y profesor universitario celebra una vida ligado a tres de las grandes instituciones de este país: la UNAM, la Academia Mexicana de la Lengua y El Colegio Nacional, pero también celebra su entrega total a la poesía aunque, dice, “la poesía es una cortesana de lujo. Si no lo pretende uno, si no logra convencerla, se va con otro a la primera”, pero es en ese género donde se forjó bajo el influjo de dos enormes maestros: Rubén Bonifaz Nuño y Alí Chumacero. También celebra que es fiel a su pasión por la Ciudad de México, la cual es uno de sus personajes más entrañables y a la que le ha dedicado varios libros, entre ellos Elogio de la calle; una ciudad que ya no disfruta tanto pues “el centro se ha convertido en un lugar prohibido para todos”.

El Premio Nacional de Arte y Literatura, corona la dicha con la que recibió un tributo de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que el año pasado publicó: Viento armado: poesía reunida (1979-2020) Vicente Quirarte, un libro que en 766 páginas congrega su poesía completa escrita hasta sus casi 70 años, que cumplió el año pasado. En la actualidad su corazón de investigador y editor está puesto en la edición de Santa, de Federico Gamboa, y en la edición de Memorias de mis tiempos, de Guillermo Prieto, a cargo de la Academia Mexicana de la Lengua, institución a la que pertenece al igual que a El Colegio Nacional y ante todo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Lee también:

El poeta que ha dedicado muchos de sus versos a la muerte es un apasionado de la vida, de la literatura fantástica y sobre todo gotica, pues dice que en la oscuridad está justo la luz. Justo dice que ante la violencia y la desazón de este mundo, la poesía es la forma de traducir el mundo con luz. Y no se calla al señalar que quisiera que la presidenta Sheinbaum sea quien entregue este que es el más grande galardón que da México, aunque todo apunta a que no será así pues la ceremonia será en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y probablemente de manos de la secretaria de Cultura.

¿Qué significa este Premio en el momento creativo y de salud que vive?

Es es más grande que da México y el hecho de que sea nacional yo espero que lo entregue la presidenta. Me han dicho que será el 22 de julio, en principio, en la Sala Ponce de Bellas Artes, eso significa que lo va a dar la Secretaría de Cultura o la directora de Bellas Artes, lo cual menosprecia el premio, Quisiera yo que que se dé en Palacio Nacional y que lo de la Presidenta, como ha sido siempre la tradición.

¿Reconocen una vida entregada a la literatura, en especial a la poesía?

Ese es un honor, y más cuando la Universidad Autónoma de Sinaloa ha editado mi Poesía reunida, le estoy muy agradecido que sea una institución pública la que saca mi poesía reunida.

Lee también:

Ha trabajado varios géneros, pero se considera ante todo poeta?

Decía Xavier Villaurrutia que no importa que un poeta haga todos los géneros, porque todos confluyen en un centro común que es la poesía.

Ha dicho usted que la poesíapuede traducir el mundo y que es el corazón de la literatura.

Es la esencia. Uno se la pasa toda la vida buscando esos versos que concentren todo lo que la humanidad siente porque finalmente uno escribe lo que los demás sienten, uno sólo pone la mitad, el lector completa el ciclo.

¿Qué tan benévola ha sido la poesía con usted?

Ha sido muy exigente y muy pródiga en reconocimientos, por ejemplo, el hecho de que hay una antología mía en España y en Colombia. Yo creo que la poesía es una cortesana de lujo. Si no lo pretende uno, si no logra convencerla, se va con otro a la primera.

Lee también:

¿Qué tan difícil es atraparla?, ¿a qué hora le llega la poesía?

Por la mañana es cuando llega. Normalmente yo soy muy madugrador, entonces trabajo en la mañana mejor que en la noche.

Si la poesía traduce el mundo, tiene palabras para describir el mundo tan violento y lleno odios qué vivimos?

Se trata justamente de combatir esa oscuridad con la luz de la poesía. O sea, la poesía es el viaje de regreso a la locura. La poesía es el regreso. El viaje de ida y vuelta a la locura, como escribe Ernesto Sabato. La locura del mundo nos afecta, aunque no queramos, como dice Mafalda, “Paren el mundo que me quiero bajar”.

¿La muerte es uno de sus grandes temas?

La muerte es un gran enigma, pero también es una aceptación de la vida. Nacer es empezar a morir, ya estamos muertos. Lo que hacemos es vivir la vida como nos está ha dado hacerlo.

Lee también:

¿La poesía se ha nutrido o dialoga con el ensayo?

Yo creo que los ensayos que yo escribo tienen mucho de narrativos y mucho de poéticos.

¿La ciudad es su gran tema?

La Ciudad de México es tema y personaje. Yo tuve la suerte de nacer en el centro de la ciudad. Nacer en el centro es como nacer en el centro de todo, por eso el libro Elogio de la calle tiene mucho que ver con la ciudad que yo recorrí de niño. Igual el libro de Enseres para sobrevivir en la ciudad tiene mucho que ver con la ciudad de mi niñez. La Ciudad de México ha cambiado y yo con ella.

En mi niñez y mi adolescencia la caminé mucho, ahora ya no porque es imposible caminarla. El centro se ha convertido en un lugar prohibido para todos.

¿Qué simboliza la memoria, el pasado?

Como dice un poema “La memoria es un barco de papel periódico donde puede guardar una ballena”. Yo creo que la memoria es lo que nos queda para reflexionar sobre el pasado gracias a que usamos del pasado para vivir el porvenir.

Lee también:

¿Ve luz en el porvenir?

Yo creo que sí. Si no cree uno en eso, está perdido. Siempre ha sido así. Recuerdo que José Gorostiza decía que la ciudad era terrible y estamos hablando de la ciudad de los 40. Rubén Bonifaz escribe un poema en los años 50 donde termina diciendo que hay 3 millones de almas enfermas... había 3 millones, ahora tenemos más de 20. La ciudad ha cambiado mucho.

¿La academia no le ha robado tiempo a la literatura?

Yo creo que es un complemento necesario. La academia es como un brazo que uno tiene y del otro la creación. La academia se trata de eso, de entusiasmar, de provocar que la gente lea. Hoy me doy cuenta que la gente no lee ni siquiera los estudiantes de literatura. Eso es terrible.

¿Otra fascinación es lo gótico, que es otra oscuridad?

Como decía Olga Orozco, la oscuridad es otra luz. Yo creo en eso, que la oscuridad es otra luz y buscamos por eso lo oscuro para emerger otra vez a la luz. Desde joven íbamos alcine Alarcón o al Máximo. Veíamos programas triples de Drácula, de Frankenstein. Eso se quedó en todos nosotros.

¿Quién es su personaje favorito? ¿Drácula?

Drácula. Yo creo que sí. El vampiro creado por Bram Stoker. En Frankenstein, me parece increíble que una muchacha adolescente haya concebido una metáfora tan poderosa como el hecho de que un filósofo natural que no es científico haya dado vida a un ser artificial. O sea, eso es prodigioso. La novela uno la lee ahora es lacrimógena, hasta cierto punto, poco creíble, pero la metáfora debajo es poderosísima.

Lee también:

¿También descata su faceta de editor?

Publicar poesía es muy difícil en este país y en donde quiera. La poesía no vende, como dicen en Colombia “La poesía no se vende porque no se vende”. Me da mucho gusto que la poesía haya coronado mis esfuerzos porque se le dio el premio a un poeta como Óscar Oliva, mi maestro, y ahora a mí; sin embargo, hay muchos poetas de generación que lo merecen.

¿Qué escribe?, ¿en qué trabaja?

Ahora estoy trabajando en un proyecto de la edición de Santa que va a sacar la Academia y Memorias de mis tiempos, de Guillermo Prieto. Se trata de ediciones con numerosas notas que reflejan lo que es la novela y lo que son las memorias de Prieto. Ambos los editará la Academia Mexicana de la Lengua.

¿Es usted un hombre de instituciones?

Mi maestro de toda la vida es Rubén Bonifaz, todo lo que soy se lo debo a él, la Academia, El Colegio Nacional y la UNAM, pues se deben a él. Mi otro gran maestro es Alí Chumacero, que contestó mi discurso de ingreso a la Academia.

¿En quién pensó al saber del Premio?

En la familia completa y en mi mujer Helena (María Helena González). El premio se lo debo a todos ellos.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios