La barredora llegó de nuevo al Fonca

Nos cuentan que una vez que Marina Núñez Bespalova llegó al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) corrió al equipo que había llevado su predecesor, el escritor Mario Bellatin, un equipo que venía de diversas instancias y que ahora se quedó en el aire. La intención ahora, al parecer, es que el Fonca siga como venía operando años atrás. Y más allá de lo que proponía Bellatin —y de sus modos de salir, pues nos dicen que se fue sin decir “adiós” a nadie, ni siquiere a su equipo—, se trabajó en un proyecto y éste nunca se hizo público. Ahora entonces nos quedaremos sin conocer cuál era la estrategia que el novelista iba a desarrollar en esta dependencia. Lo que nos salta es que no hay que olvidar que aquí hubo un gasto de recursos, una inversión en tiempo y personal, y que todo eso sencillamente se desechó. Todo el trabajo de ese equipo acabó en la basura aunque es un proyecto que se pagó. Esto muestra la ligereza con que se toman los recursos públicos y cómo se cae en añejas prácticas en aras de un deslinde. ¿A cuántas botellas de agua equivaldrá ese gasto que no se usó para nada?

La ciencia de discriminar a la música de banda

María Elena Álvarez-Buylla, directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), anunció los cambios de operación de los Fondos Mixtos (Fomix), fideicomisos que funcionarán a través de una nueva figura llamada Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces). Álvarez-Buylla hizo el anuncio junto con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, primer estado del país en formar parte de la nueva estrategia. También estuvo José de Jesús Gálvez Cazares, secretario de Innovación del estado, quien comentó que la Ciencia y Tecnología servirán para potenciar la industria y crear nuevos empleos, además, dijo, ya hay plataformas educativas “para determinar las vocaciones y que los jóvenes no se quieran dedicar al narcotráfico o músicos de banda, vocación aspiracional en muchos estados”. Si bien hay casos de grupos o músicos con nexos con grupos de delincuentes, surge la pregunta de qué hay de malo en aspirar a ser músico de banda. ¿No sería mejor orientar a las nuevas generaciones para que complementen su participación en música de banda con la ciencia?

Le lavan la boca con jabón a Taibo 

El trabajo de la Comisión de Cultura de la Cámara de Senadores, presidida por la morenista Susana Harp, ha sido tan abrumador, tan vasto, tan comprometido, tan exhaustivo, que hasta tiempo les ha dado de generar dictámenes de suma importancia para el desarrollo cultural del país, como el exhorto al director general del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, para que “se conduzca con respeto a los diversos grupos sociales e instituciones de nuestro país”.

El Pleno del Senado entendió a la perfección la importancia del Punto de Acuerdo y lo aprobó, ¡faltaba más!, porque, dijo el Legislativo, fue “lamentable” el comentario hecho por el escritor previo a su designación, el de “se las metimos doblada”. Muy bien, palomita para los senadores. Ahora esperamos los Puntos de Acuerdo que tienen que ver con todos los temas que, dijo Harp, trabajarían, como seguridad social para artistas, protección del patrimonio intangible y la inclusión de la tercera raíz —lo que sea que eso signifique—. Porque ya están esos temas muy avanzados, ¿verdad?

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