Johnny López es un artista plástico muy particular. Con frecuencia no sabe si lo que está viviendo es real o es solo un sueño, pero justamente eso es lo que le ha permitido construir sus mejores obras. Ese es el caso de ‘Los neocolombinos’, la exposición que tendrá lugar en la Galería Espacio Blanco (Bogotá) hasta el 20 de junio.

Se trata de una muestra artística que combina el misticismo de la cultura precolombina con elementos de la modernidad. “Yo trato de unir lo ancestral con lo contemporáneo. Un lado de la escultura es muy parecida a la real. Al otro lado le meto elementos del mundo contemporáneo: gafas, tenis, corbatas, relojes”, explica López.

Después de varios años de investigar la cultura de San Agustín, en Huila , y sus importantes legados arqueológicos, supo que debía hacer un proyecto encaminado a la conservación de las raíces de nuestros antepasados .

De hecho, desde que tiene memoria se ha visto seducido por la época precolombina, pues con cinco años de edad su padre lo llevó de visita a San Agustín y desde ese momento quedó flechado. De ahí su iniciativa con esta cultura.

“Nadie sabe cómo se llamaba San Agustín, nadie sabe cómo se autodenominaban, eso sigue siendo un misterio. Los nombres que conocemos son los que les dieron posteriormente”, comenta el artista, haciendo alusión a lo interesante que le parece lo poco que se sabe de estas culturas.

Esa intriga y pasión lo llevaron a realizar las esculturas que denominó ‘neocolombinas’. Para su elaboración usa materiales contemporáneos como la fibra de vidrio, los espejos y la tecnología. Además, es enfático en darle dos caras a cada una. “La vida está llena de polaridades, por eso siempre trato de jugar con los opuestos, porque al final siempre se complementan”.

La principal motivación que tiene para hacer su arte es que el mundo conozca las culturas ancestrales de Colombia. “Cuando fui copista en el Museo del Louvre (París), me di cuenta de que solo había una escultura, una tayrona diminuta. Se encuentra mucho de los aztecas, de los incas y de los mayas, pero de nuestro país no. Yo quiero cambiar eso”, reconoce entusiasmado.

Del mismo modo, asegura que nos hemos vuelto una sociedad muy occidentalizada: “Hay mucha publicidad, películas de Estados Unidos y Europa. Todo es made in China. Pero nosotros también producimos cosas, producimos arte, y esto es made in Colombia ”.

A raíz de sus sueños lúcidos, creó un lenguaje que denomina ‘Johnnyglifics’ y con el que personaliza cada una sus obras, pues en el momento de pintar alguna escultura, deja plasmada cada una de las palabras, símbolos o signos que se le vienen a la cabeza, y que dejan un mensaje más profundo de lo que él quiere transmitir con su arte.

No es el primero que ha transformado el arte precolombino. Por este motivo, a menudo es comparado con el artista Nadín Ospina, quien transforma las antiguas esculturas en dibujos animados.

“A mí me comparan con él, pero yo les digo: ‘Cómo me van a comparar con él si el man lleva 30 años dándole, y yo hasta ahora estoy empezando’. A mí me gusta mucho su obra, pero el concepto es muy diferente. Él hace una crítica acerca de cómo la televisión estadounidense nos bombardea con imágenes y hace parecer las esculturas antiguas , mientras que a mí me interesa más mostrar los materiales de nuestro día”, explica.

Entre esos elementos, el que más utiliza es el espejo, ya que le gusta que las personas vean su reflejo a través de la escultura y que, de esta manera, dejen de ser un espectador más, para convertirse en una parte de la obra.

Le parece importante que tanto las viejas generaciones como las nuevas se acuerden de que existe una escultura precolombina tan valiosa para la humanidad. Cree que si su obra sirve para mantenerla vigente, cobrará sentido todo su esfuerzo.

akc

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