“En tiempos de transparencia, ¿por qué no hubo concurso para Chapultepec?”
“En tiempos de transparencia, ¿por qué no hubo concurso para Chapultepec?”

Aunque el arquitecto Miquel Adrià (Barcelona, 1956) celebra que se plantee un proyecto de rescate para Chapultepec, hace varias preguntas sobre éste: ¿por qué no se concursó el proyecto?, ¿tiene sentido un museo más cuando los existentes no tienen recursos para generar exposiciones? ¿esta obra debe ser prioridad en el momento que vivimos?

Con la entrevista a Miquel Adrià, EL UNIVERSAL inicia desde este lunes una serie llamada “Conversaciones sobre Chapultepec”, que busca reunir análisis desde diversas disciplinas sobre el proyecto que es “prioritario” para los gobiernos federal y local, pero que muchos sectores sociales cuestionan.

Miquel Adrià, arquitecto, director de Arquine y de Mextrópoli, plantea las siguientes ideas sobre la propuesta:

“En primer lugar creo que un proyecto que trate de mejorar la ciudad es bienvenido; una ciudad de este tamaño debería tener muchísimos más proyectos; un proyecto de rescate ecológico del Bosque de Chapultepec es muy buena noticia, en principio.

“Agregar a las tres secciones que tenemos, una cuarta, que es de los militares, es otra buena noticia, siempre y cuando llegue a ser posible, porque somos muy buenos prometiendo, pero hay que ver los hechos; no creo que se vayan a ir así estos señores, y menos en un gobierno tan promilitar como éste.

“Todo lo que tiene que ver con el rescate de la flora autóctona, el trabajo para que sea sostenible y el trabajo hidrográfico, son muy buenas iniciativas.

“Creo que las mejores propuestas surgen de concursos que compiten en igualdad de condiciones y en este caso, en momentos en que se habla de transparencia, se ha encargado el proyecto a una sola persona –un artista muy reconocido y, además, querido amigo (Gabriel Orozco)—. Creo en la equidad y, creo que una propuesta tan importante para la Ciudad de México –sobre todo la integración de una nueva sección al pulmón más importante del poniente de la ciudad-- habría sido una buena oportunidad para un concurso de ideas, o la integración de un consejo diverso de gente pensante que aportara ideas. Eso de encargar un proyecto a uno solo ha tenido ciertos casos de éxito, lo tuvo con algunos emperadores franceses en el siglo XVII y en el XVIII; lo tuvo al encargarle a Pedro Ramírez Vázquez, a dedo, proyectos tan importantes como coordinar los Juegos Olímpicos del 68. Pero, en una condición democrática, la transparencia, que se privilegie el contraste de opiniones y la igualdad de oportunidades, es bueno para la sociedad.

“Gabriel Orozco tiene buenas intenciones, pero parten de la idea de que no es un proyecto de arquitectura ni de urbanismo. Todo lo que tiene que ver con la ciudad son proyectos territoriales, importantes, y pensar que un arquitecto es sólo alguien capaz de hacer sólo plataformas de concreto, es reducir la profesión del arquitecto a una de sus múltiples capacidades. Y ahí también hay buenos ejemplos de arquitectos que han participado en la creación de parques muy destacados: en Sao Paulo, Oscar Niemeyer, en el parque Ibirapuera.

“Lo que vimos en el proyecto que se presentó, prácticamente son criterios muy generales de buenas intenciones, de rescate de la flora, de sustentabilidad, pero como documento que tenga esa denominación de proyecto --después de cerca de dos años de trabajo--, no tendría ese nombre, al menos dentro de nuestra profesión. Quizás sería un anteproyecto, un proyecto preliminar, de intenciones, pero queda sólo apuntando buenas intenciones.

“Aparte de estas intenciones de sustentabilidad y de rescate de la flora, proponen reconectar las distintas áreas con unos puentes, que son fantásticos, son de Benjamín Romano. Él es un excelente arquitecto, hace un proyecto espectacular; es un diseño de grandes dimensiones, de unos anchos generosos… yo le preguntaba a él si no le preocupa que vayan achicando estos puentes –pues un proyecto de estas características tiene un costo altísimo-- y decía que no, que estaba muy seguro de los intereses y la vocación del Presidente. Claro, conectar estas distintas áreas es importante para dar al ciudadano la posibilidad de recorrer las cuatro secciones.

“Hay el anuncio de otros proyectos de infraestructuras culturales, entre ellos la creación de un nuevo museo. A mí me encantan los museos, pero estamos no sé si en la primera o segunda ciudad del mundo con más museos, y sabemos muy bien con qué cuentan hoy los museos: no tienen un peso. Entonces, yo me pregunto, ¿tiene sentido, en la ciudad con más museos del mundo, crear nuevos museos cuando no hay presupuesto ni para generar la producción propia de los museos?

“Y mis preguntas van también a lo general: ¿tiene sentido mejorar nuestro estupendo pulmón del poniente, cuando el oriente, nuestra área más depauperada, tiene el Bosque de Aragón en un estado bastante abandonado?, ¿tiene sentido crear nuevas infraestructuras culturales cuando no alcanza para las que tenemos?, ¿tiene sentido, en un momento de pandemia, de crisis económica, social, agudísima –en la que seguramente vamos a estar más años que otros países porque no hay políticas que apoyen a pequeñas empresas para generar empleos--, tiene sentido en un momento así, una inversión de este tamaño?

“Me alegro de que quieran arreglar el bosque, claro, pero puestos a arreglar el bosque, en una situación tan grave como la que vivimos, de emergencia en que tanta gente va a pasar hambre, me sorprenden, una vez más, las prioridades. Probablemente dirán que lo que están haciendo es muy económico… es probable, pero, la pregunta es ¿si no hiciéramos nada hoy o si sólo le diéramos mantenimiento a las plantas o si se hiciera una purga de una infección que hubiera, no se podría pensar que el proyecto para Chapultepec se lleve a cabo más adelante, cuando hayamos resuelto problemas severos de hambre, de gente en la calle, de salud? O, si por complejidad presupuestal tiene que quedar en la misma cancha, pregunto: ¿no sería mejor dar algún recurso a los museos que no tienen, para que puedan hacer su programa, antes de ponerse a hacer otro museo?

“Qué bueno que van a arreglar el parque, fantástico, qué bueno que van a conectar con estos puentes fantásticos, muy bien diseñados de Benjamín Romano, pero cuando uno piensa qué tantas acciones se podrían hacer sólo con el costo de uno de esos puentes, pues entran dudas.

“Claro, pueden decir que con ese argumento no se habrían podido hacer grandes infraestructuras, seguramente no se habría podido construir el Panteón en Roma porque había miles de esclavos y había hambre, y el Panteón es una joya que llevamos más de dos mil años disfrutando… es cierto. Y también está claro que, a veces, hay gobiernos que privilegian el éxito monumental, y hay gobiernos que se preocupan más por resolver los problemas inherentes al momento, que tengan una respuesta social. Creo que ahí nos damos cuenta, también, de la confusión ideológica que hay detrás”.

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