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Federico Ibarra, considerado como uno de los compositores mexicanos más prolíficos, acaba de lanzar dos discos: uno que rinde cuenta de su trayectoria musical y otro que está conformado por Orestes parte, ópera en nueve escenas para solistas y orquesta, comisionada por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
La obra más antigua que contienen los discos se remonta a los años 80, afirma Ibarra, se trata del ballet en dos actos Imágenes del Quinto Sol, de allí hace un recorrido hasta una obra escrita en el año 2010.
El primer disco contiene las cuatro sinfonías de Ibarra: Sinfonía núm. 1, escrita en un solo movimiento; Sinfonía núm. 2, Las antesalas del sueño, la más reconocida e interpretada tanto en México como en el extranjero; Sinfonía núm. 3, en tres movimientos, y la Sinfonía núm. 4, Conmemorativa, comisionada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para celebrar su centenario.
El segundo disco contiene la Obertura para un nuevo milenio; Los ojos del sueño, inspirada en los poemas “Panorama”, “Caminos”, “Ventanas”, “Mancha” y “Elementos”, de José Gorostiza; Duelo de siglos, considerada por el escritor y crítico de ópera Vladimiro Rivas Iturralde como un poema sinfónico y, finalmente, por Imágenes del Quinto Sol, ballet en dos actos para orquesta.
La música orquestal de los materiales es interpretada por la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, bajo la batuta de su director Fernando Lozano, y el Coro de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, dirigido por Magda Rey y por el tenor Leonardo Villeda.
Ibarra (Ciudad de México,1946) dijo que seleccionó la mayoría de las piezas, pero tuvo el apoyo de Lozano. Mientras que Orestes parte, dijo, no se había podido grabar hasta ahora. “Es la segunda de mis óperas y de las más ambiciosas que he compuesto. A pesar de que está dedicada a cuatro personajes, plasma mi manera de ver un espectáculo operístico, de tal manera que tiene mi sello personal en la composición misma y en el trabajo con las voces y la orquesta”.