El cerro del Pan de Azúcar,

uno de los sitios más turísticos de Río de Janeiro, es, a partir de hoy, escenario de una intervención artística de autores brasileños contemporáneos , cuyos trabajos "interactúan con la idea del absurdo" en medio de la grandeza del paisaje.

A primera vista el espectador puede sentir que no hay " per se " una exposición, pero ese es precisamente el objetivo de la muestra, según su comisario.

La idea es hacer que las obras y las intervenciones "den visibilidad al absurdo" y con ello "tengan una actitud contrespectacular frente a la monumentalidad del paisaje ".

"Dar visibilidad a lo absurdo" mediante diversos instrumentos que tuvieran "una actitud contraespectacular", es decir, que parecieran camuflarse "en medio de la monumentalidad del paisaje", fue el objetivo de la muestra, según explicó a Efe su comisario Ulisses Carilho.

La muestra "Monumento al Monumento" está compuesta por diez obras que están distribuidas en las diferentes estaciones del teleférico del cerro del Pan de Azúcar que son visitadas por el público.

Un camino de tapetes que da la bienvenida en la primera parada del teleférico que sube al cerro invita a los visitantes a seguir un camino pero también los inhibe cuando encuentran un "absurdo" final sin final, en medio del recorrido. Se trata de una obra de Rafael RG titulada "Bem-vindxs".

Un carro de producción de palomitas de maíz vacío, pintado en su totalidad con labial rojo y con un endulzante olor a cereza, creación de la artista Carmela Gross, no pasa desapercibido, pero tampoco invita al espectador a acercarse. Está ahí, inmóvil, esperando la visita de algún curioso.

La muestra también tiene obras sumergidas bajo el mar o que vuelan sobre el cerro, y "performances" (presentaciones artísticas) que rompen la estructura de la cotidianeidad de los visitantes .

Es así como en el fondo de las aguas frente a la playa de Urca, a los pies del cerro, se levanta una escultura de más de 10 metros del artista Paulo Pae s con objetos de uso cotidiano descartados (botellas plásticas, armazones metálicos y envases de vidrio), que se mezclan con materiales naturales como piedras, madera y huesos.

La estatua también se enmarca dentro de lo absurdo de la muestra ya que solo pueden verla los buzos y pescadores que se sumerjan en el mar. Los visitantes tendrán que imaginarla y, si algún día se animan, visitarla y ver cómo se ha integrado con el hábitat marino.

Otro proyecto que envuelve organismos vivos y que intervienen en la ciudad como ecosistema es el de la artista Laura Lima, que entrenó buitres que rondan al cerro de Pan de Azúcar en una coreografía aérea que nadie percibiría como obra artística.

La ruptura de lo cotidiano en las visitas se dará con varios performances. Uno de ellos, el del artista Paulo Bruscky, que con los "cargadores de espejos" que deambulan sin fin por una de las estaciones del teleférico, busca reflejar en los visitantes el narciso que existe en cada uno.

Anitta Boa Vida, Lenora de Barros, Marcelo Cidade, Eleonora Fabiao y Sara Ramos son los otros artistas brasileños cuyas obras hacen parte de esta muestra.

La exposición estará abierta al público entre este martes y el próximo domingo y forma parte de la programación de l a feria internacional ArtRío 2018 , que será abierta el jueves y que este año refuerza la destacada posición de los artistas brasileños en el escenario global.

En la nueva edición de la ArtRío participan más de 80 galerías con obras de arte moderno y contemporáneo.

akc

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