El artista indio Amar Kanwar denuncia las violaciones de los derechos humanos en su país en dos instalaciones con un "contenido de extrema violencia" pero con un lenguaje poético, que se exponen desde mañana en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Hasta el próximo 19 de mayo la obra de Kanwar recibirá al visitante en una absoluta oscuridad, el preludio para iniciar este recorrido a través de la primera de las obras, "El bosque soberano", gracias a la cesión de Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21), de Viena.
Un proyecto de investigación iniciado en 2011 que surgió del conflicto en Odisha, una región agrícola en el este de India que debido a distintos conflictos políticos y sociales ha provocado el desplazamiento forzoso de comunidades indígenas, granjeros y pescadores, y ha generado un clima de violencia.
Aunque aún está en proceso de desarrollo, según confesó el artista durante la presentación, se trata de proyectos con los que "pensó" que había "perdido la voz", por lo que no iba a poder hacer "ninguna obra".
"A menudo parece que estuviera hablando de algo que está ocurriendo en un país lejano, en India, pero no creo que esté hablando solo de ella", matizó sobre este documental de 42 minutos que presenta los paisajes de Odisha antes de su destrucción, ya que la mayoría de estos territorios han sido recalificados por él como áreas industriales y están inmersos en procesos de compra por parte del gobierno y otras corporaciones.
Tras esta proyección el recorrido continúa por la segunda parte de la instalación, "La sala de las semillas", un espacio diseñado por Sherna Dastur donde se podrán ver las 272 especies de semillas autóctonas de Odisha, la "escena del crimen".
Además también se podrán ver grandes libros en los que se proyectan imágenes y donde se pueden leer historias escritas por el propio Kanwar.
Comisariada por Chus Martínez, la exposición continúa con "Testimonios relámpago", el segundo proyecto que se sitúa en otra sala adjunta en la que se recogen en distintas proyecciones el testimonio de varias mujeres que cuentan episodios en los que han sufrido la violencia sexual o los secuestros en India.
"Estoy abrumado, sobrecogido, porque son obras con un contenido de una extrema violencia que hablan del atropello contra los derechos humanos más básicos, pero lo hacen con un lenguaje íntimamente sutil y poético. Sus piezas son denuncia, protesta, pero también muchas más cosas, son un monumento en recuerdo de las víctimas, una curación para esas heridas", señaló Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza.
akc
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