Muy lejos del “diálogo, el respeto y la cooperación” que proclama el gobierno de México como su apuesta para la relación bilateral con el actual gobierno de los Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha respondido a toda esa “cortesía” mexicana, del presidente Peña Nieto y de su canciller Luis Videgaray, con el envío de tropas de la Guardia Nacional a la frontera común, en una decisión que confirma las amenazas lanzadas en la víspera por el racista mandatario estadunidense que, una vez más, demuestra su desprecio por nuestro país y el nulo respeto a sus autoridades.

Porque aunque el canciller mexicano quiera minimizar el hecho y repita lo que le dijo telefónicamente la secretaria de Seguridad Nacional estadunidense, Kirjsten Nielsen, sobre que los militares de su país desplegados en la frontera “no portarán armas”, la gravedad del hecho no puede dejar de verse como lo que es: una amenaza a la soberanía del país y a la seguridad e integridad de los mexicanos y centroamericanos que diariamente, legal o ilegalmente, cruzan la línea fronteriza más transitada del mundo y en donde el intenso y complejo fenómeno migratorio no puede resolverse con el envío de tropas militares, menos cuando se supone que hay mecanismos vigentes de colaboración y cooperación bilateral en materia migratoria.

Menos aún cuando se supone que los dos países están dialogando sobre acuerdos de interconexión tan trascendentes como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que hoy nuevamente se tambalea por las rabietas y los arranques de un presidente inestable e irascible como es Donald Trump, que confunde una manifestación de protesta de centroamericanos que buscaban expresar en caravana su desacuerdo con las duras políticas migratorias estadunidenses y mexicanas, con una supuesta “vulnerabilidad” de sus fronteras.

Es cierto que mandar a la Guardia Nacional es decisión soberana y de seguridad del gobierno de los Estados Unidos y también lo es que no es la primera vez que eso ocurre y que ya se había dado con los presidentes George W. Bush y Barack Obama en 2006 y 2010; pero nunca como ahora, esa decisión llegó como consecuencia de un discurso tan amenazante y antimexicano como el que practica Donald Trump, ni tampoco con descalificaciones tan injustas como decir que México y sus autoridades no hacen nada para detener el flujo de drogas ni de migrantes hacia su país, cuando aquí estamos pagando con violencia, sangre y vidas de mexicanos —102 mil 885 en lo que va de este sexenio— una absurda guerra contra los estupefacientes que al otro lado de la frontera se consumen masivamente como caramelos por una sociedad cada vez más adicta, mientras desde allá nos regresan armas letales e ilegales que entran al por mayor para armar a las violentas organizaciones criminales y al sicariato que le roba la paz y la tranquilidad a millones de mexicanos.

Es una pena y una vergüenza que ante la decisión de militarizar la frontera y descalificar los esfuerzos y los cientos de miles de vidas que nos cuesta a México la fallida guerra contra las drogas, aunque sea por respeto a la memoria de todos esos muertos y al dolor que afecta a tantos mexicanos, tengamos un presidente y un gobierno timoratos que no alcen la voz para exigir respeto a la dignidad soberana de nuestro país, y que en lugar de eso agachen la cabeza y justifiquen las agresiones de un presidente y un gobierno claramente hostiles a nuestro país.

NOTAS INDISCRETAS… A José Antonio González Anaya, actual secretario de Hacienda, todos lo ubican como un técnico eficiente y un funcionario siempre discreto  que evita los escándalos y cualquier señalamiento a sus equipos de trabajo. Pero siempre habrá “amigos incómodos” que se encarguen de atraer los reflectores negativos que tanto evita el secretario. Es el caso del actual director General de PMI Comercio Internacional, S.A de C.V, Isaac Volin Bolok, quien desde su llegada a esa empresa de Pemex en 2016 siempre se ha ufanado de ser “amigo cercano” de González Anaya. El problema no es esa amistad, sino que el funcionario de esa filial de Pemex tiene fama de ser un acosador de sus subordinados y de actuar como un “dictador” al frente de esa empresa internacional del Estado. Pero no solo es su comportamiento interno, sino también su desempeño como “negociador” y “money maker” para Pemex el que se cuestiona, pues a pesar de los nuevos retos que enfrenta esta filial petrolera en los mercados internacionales, su desempeño ha sido desastroso y no ha sido capaz de llegar a un negocio ganador para que PMI Comercio Internacional empiece a despuntar como jugador predominante en el nuevo mercado de hidrocarburos. Son varios los proveedores de servicios de fletamentos marítimos, terrestres y ferroviarios los que se han beneficiado de la falta de talento para negociar del señor Isaac Volin, pues han cerrado tratos ventajosos para ellos pero que a Pemex le han valido perder millones de dólares en la comercialización de hidrocarburos. De manera increíble perdió la licitación como Comercializador Único del Estado, a pesar de que sólo eran dos participantes en el proceso, y para mayores señas, Isaac Volin Bolok ya había sido acusado por Cofece como promotor de prácticas monopólicas cuando trabajó como director de la extinta Click de Mexicana y como director Corporativo Comercial de la desaparecida aerolínea. Y ahora en Pemex también la Cofece ha comenzado a revisar prácticas monopólicas en temas de hidrocarburos ¿Sabrá el cuidadoso secretario de Hacienda, que se esforzó por dejar un Pemex saneado de la crisis en que lo dejó su polémico antecesor Emilio Lozoya, los escándalos y acusaciones en que se encuentra envuelto su amigo Isaac?..Los dados cierran con Serpiente. Y se guardan hasta el próximo lunes 9 de abril. Hasta entonces amables lectores.  

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