“Ponina y Songo le dio a Borundongo; Borundongo le dio a Bernabé; Bernabé le pegó a Muchilanga porque a Borundongo…” Cuándo me iba a imaginar que este son bailable de mi Tepito del alma, será perfecto para descubrir lo que ocurriría en la política mexicana décadas después. Y eso que el caos apenas comienza:

—En el PAN, el desgarramiento es inocultable: cinco senadores “traidores” ¡aliados al PRI! eligen a uno de ellos, el señor Cordero, que será presidente de la Mesa Directiva del Senado, pero tal vez expulsado del PAN para conformar un sustancioso grupo con altos funcionarios priístas que trabajan en favor de uno de su precandidatos; mientras, acusan de corrupto al presidente de su partido, el señor Anaya, que a su vez los señala de entreguistas al gobierno; en paralelo, el mismo señor anuncia con la señora Barrales y el señor Delgado que irán juntos el PAN, el PRD y MC en una cosa llamada Frente Ciudadano por México, que —a ver quién les cree— no tiene intenciones electorales, sino sólo salvar al país del horror del PRI y la amenaza de López Obrador; lo curioso es que esos mismos partidos piden a San Lázaro que el priísta, señor Osorio Chong, les haga el milagro de venir a resolver los enfrentamientos carretoneros que han evitado que otro priísta, el señor Ramírez Marín, tome posesión de la Mesa Directiva de los Diputados, a menos que su partido dé marcha atrás a la intención de conseguir el pase automático del señor Raúl Cervantes de la PGR a Fiscal General de la Nación.

—En el PRI ese es por cierto uno de los principales encargos: empujar a cualquier precio a Cervantes y pavimentar con terciopelo la pista de despegue del actual gobierno; la otra tarea es penetrar las estructuras del PAN y PRD y procurar las confrontaciones internas y las fracturas que los debiliten como aliados de cara a 2018; el otro desafío gigantesco del partido presidencial es verse cara a cara frente al espejo y reconocer que, a pesar del maquillaje, padece graves males internos; es inocultable que muchos de sus militantes están inconformes porque nada tendrán que ver en la elección de su candidato a la Presidencia, menos ahora que les tumbaron los candados y que la cosa ya no se reduce a los señores Osorio Chong, Ávila, Videgaray y De la Madrid, sino que hay que incluir a los señores Meade, Narro y Nuño; pero más aún, el PRI tiene que tocar el fondo de las actuales encuestas de opinión que lo ubican en un tercer lugar, lejos de una superficie competitiva frente a su acérrimo y obsesivo adversario: Andrés Manuel López Obrador.

—A propósito, Morena no es inmune a los conflictos internos: aunque no lo parece, nadie puede asegurar que el pleito entre el señor Monreal y la señora Sheinbaum por la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México no vaya a escalar en los próximos días; en el Estado de México quedó probado que ni siquiera la popularidad de su líder es garantía de triunfo; por eso desde ahora hay una lucha despiadada por las candidaturas más apetecibles de los 3 mil 326 cargos de elección popular que estarán en disputa el próximo año y que ya se jalonean ferozmente dentro de los partidos y luego unos contra otros.

Por cierto, a partir de hoy faltan exactamente 299 días para el domingo 1º de julio.

Periodista
ddn_rocha@hotmail.com

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