José Antonio Meade pasó de ser un funcionario sobrio, técnico, de relativamente bajo perfil y enfocado enteramente a sus responsabilidades en las dependencias a su cargo, a uno más bien político y mediático, encargado de enmendarle la plana al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y de construir narrativas “convincentes” sobre lo “bueno” que ha hecho el gobierno federal y el PRI por los mexicanos.

Meade actúa en los hechos como un priísta y se ve como candidato de ese partido a la Presidencia de México en el 2018. En privado, el secretario de Hacienda reconoce que el presidente Peña ha sabido jugar muy bien con las expectativas del “destape” y se sabe uno de los candidatos más fuertes y competitivos. También sabe que de no ser el ungido, el presidente lo habrá utilizado políticamente a costa de su prestigio como funcionario público.

Meade es, de entre los cuatro posibles candidatos del PRI a la presidencia del 2018 (junto con José Narro , Miguel Osorio Chong y Aurelio Nuño ) el más mediático y el que ha recibido más muestras de confianza en vísperas del destape: encabeza reuniones de gabinete, se reúne con las cúpulas empresariales y se placea por donde sea que haya audiencia que lo arrope y le aviente piropos como el que le soltó el decano de los empresarios, Claudio X. González , hace un par de semanas en la Cumbre de Negocios de Miguel Alemán Velasco .

“Puedo decir, con mucha convicción, que es uno de los candidatos más fuertes”, dijo el presidente de Kimberly Clark México, quien en su momento empujó la candidatura de su hijo Claudio X. González Guajardo , líder de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, pero no le alcanzó. Estuvo coqueteando con el Frente Amplio y evaluó la vía independiente, pero los tiempos políticos se comieron sus aspiraciones. Arrancó tarde su proselitismo y no encontró suficientes adeptos.

Ahora, las esperanzas de los empresarios están depositadas en José Antonio Meade , quien de llegar a la Presidencia mantendrá el modelo económico y las reformas estructurales implementadas durante la administración del presidente Peña. Meade es sinónimo de continuidad y eso tranquiliza a los hombres de negocios. De convertirse en el abanderado del PRI, se enviará una señal de confianza a los mercados financieros y a los inversionistas globales.

No obstante, lo que también tendrá continuidad si Meade llega a la Presidencia de México son las viejas prácticas (que no sólo se han mantenido, sino se han exacerbado) del PRI, las cuales tienen que ver con corrupción, opacidad, impunidad, elecciones amañadas, protección a políticos y líderes sindicales, intimidación a periodistas y un sinfín de etcéteras.

Y es aquí donde empresarios, líderes de la sociedad civil y políticos se preguntan: ¿No está José Antonio Meade sobrevalorado? Los personajes que se hacen dicho cuestionamiento terminan por coincidir en que estará atado de manos para darle la vuelta a asuntos tan importantes como la corrupción y la impunidad. Sin embargo, dicen, luce como “el menos peor” del PRI.

Meade tiene detrás de sí al implacable secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray , quien se ha encargado de posicionarlo en el exterior y de mandar señales de confianza a los gobiernos e inversionistas globales sobre el futuro de la economía mexicana y la continuidad de las reformas. El propio titular de Hacienda, de la mando de su inseparable amigo y colaborador, José Antonio González Anaya , han llevado este mensaje en sus giras por las plazas financieras más importantes.

Lo que no queda claro es cómo Meade va a actuar cuando exploten nuevos escándalos de corrupción como el de Odebrecht; qué va a hacer cuando se revelen más desvíos multimillonarios de recursos como el de la “Estafa Maestra”; si va a investigar a fondo a los mexicanos que salgan retratados en los nuevos Paradise Papers; si va a seguir haciendo más ricos a los líderes sindicales como Carlos Romero Deschamps…

José Antonio Meade puede ser un genio para cuadrar presupuestos, diseñar estrategias financieras o convencer a inversionistas sobre la fortaleza de la economía mexicana, pero ¿podrá con los otros temas o lo han sobrevalorado?

Cumbre TI de NYCE.

Esta semana se llevó a cabo en la Ciudad de México una de las cumbres más relevantes para la industria del software, la cual estuvo encabezada por NYCE, una organización mexicana que nació en 1994 y que fue constituida por 35 empresas líderes en los sectores de electrónica, telecomunicaciones y tecnologías de la información. Su core business es la verificación, certificación y capacitación para distintas industrias del país. El objetivo de la cumbre, a la que acudieron expertos internacionales, fue revisar los estándares, procesos y buenas prácticas del sector a nivel mundial.

Foto: José Antonio Meade
 

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses