Aunado a los costos económicos y financieros que el fracaso de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría ocasionarle al país, en el gobierno federal están preocupados por cómo va a incidir la cada vez más posible disolución del acuerdo comercial en las elecciones de 2018. Uno de los factores que más incertidumbre generan al presidente Peña Nieto y a su gabinete es la reacción de la iniciativa privada, la principal afectada, y el probable aumento del “mal humor social” que desplomó a mínimos históricos su popularidad a inicios de 2017.

Si bien los empresarios han respaldado y acompañado al gobierno en las rondas de negociación con sus contrapartes estadounidenses y canadienses, hay un mal sabor de boca por parte de algunos quienes consideran que no se han utilizado todas las herramientas disponibles para encaminar los acuerdos hacia la ruta correcta. Sobre todo en temas delicados como el de las reglas de origen que tiene en vilo a la industria automotriz nacional, la principal generadora de divisas para el país.

Otros sectores amenazados con la renegociación del TLCAN son el textil y el agropecuario, donde tienen intereses grandes empresarios del país. Uno de ellos es Moisés Kalach , quien encabeza el Consejo Estratégico de Negociaciones Internacionales del Consejo Coordinador Empresarial y acompaña en el llamado “cuarto de junto” a los negociadores del gobierno mexicano.

Kalach es parte de la familia propietaria de Grupo Kaltex, el principal fabricante textil del país cuyas exportaciones a Estados Unidos representan más de una tercera parte de sus ventas consolidadas (de 17 mil 500 millones de pesos el año pasado).

Actualmente, de los cerca de 6 mil 500 millones de dólares que exporta al año la industria textil mexicana, 5 mil 300 millones se van al mercado estadounidense y en promedio el 50% de los envíos tiene contenido nacional.

La calificadora estadounidense Moody’s ha estimado que la ruptura del TLCAN traería como consecuencia una caída de 2 puntos porcentuales en el PIB de México el primer año y de hasta 4 puntos el siguiente.

Frente a este escenario que cada vez se antoja más probable tras las constantes presiones de Donald Trump y de algunos sectores económicos de Estados Unidos, como el agropecuario, el gobierno mexicano, en voz de tres de sus secretarios de Estado, ha intentado por un lado preparar el camino hacia la posible ruptura, y por el otro desestimar un impacto “estructural” en la economía.

A Ildefonso Guajardo, titular de Economía; Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, y José Antonio Meade, cabeza de Hacienda, se les ha encomendado la tarea de “tranquilizar” a los mercados y a los inversionistas emitiendo declaraciones y aportando datos sobre la relación comercial México-Estados Unidos.

El mensaje de los tres ha ido en la misma línea: que México se levantará de las mesas de negociación si Estados Unidos insiste en propuestas absurdas, como acordar la reducción del déficit comercial o modificar a su favor las reglas de origen, y que de romperse el TLCAN no significaría un golpe muy fuerte para la economía nacional.

“El 51% de lo que México compra a Estados Unidos lo adquiere fuera de las normas del TLCAN”, dijo hace unos días Meade, quien es bien visto por la clase empresarial como un posible candidato a la Presidencia de la República el próximo año.

“Sin TLCAN, Estados Unidos pierde más que México. Los aranceles que podría cobrarnos EU, bajo las reglas de la OMC, no son superiores al 3.5%; el promedio que nosotros podríamos cobrarles es de alrededor del 7%”, dijo ayer Videgaray, cuya relación con el yerno de Trump, Jared Kushner , al parecer no ha servido de mucho.

El funcionario más expuesto tras la posible ruptura del TLCAN es Ildefonso Guajardo, el jefe de la delegación mexicana, quien pasó de ser un optimista de la relación con Estados Unidos a uno más bien pesimista (o realista) conforme se han ido desarrollando las rondas de negociaciones. Las declaraciones del secretario de Economía pasaron de considerar que Trump no cumpliría sus amenazas a decir que México tiene vida después del TLCAN.

En la misma línea argumentativa que Meade y Videgaray, Guajardo dijo ayer en una entrevista radiofónica que apenas 20% de las exportaciones de México a Estados Unidos estarían sujetas a algún tipo de arancel si se rompe el TLCAN.

Hoy arranca la cuarta ronda de negociaciones en Washington, la cual durará hasta el 17 de octubre. Será la más complicada hasta ahora porque se abordarán los temas de las reglas de origen, el comercio de productos agrícolas, el capítulo laboral y los mecanismos de resolución de controversias.

Vienen días difíciles para México.

Posdata. En la columna de ayer se mencionó que en Soriana Taxqueña falleció un menor durante el terremoto del 19 de septiembre. La información, aportada por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, fue corregida por la dependencia y el deceso tuvo lugar en el multifamiliar de Tlalpan, no en la tienda.

Twitter: @MarioMal.
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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