En este fabuloso mundo de las subastas donde los objetos que salen a la venta son de segunda mano, encontramos siempre historias muy interesantes.

La que voy a contar hoy no tiene más de un mes que sucedió a una familia de origen alemán que vive en Suiza. Resulta que han estado utilizando un incensario de bronce muy viejo –de aproximadamente 60 cms de largo que pesa 22 kgs– como lugar donde dejar hasta una docena de pelotas de tenis. La decoración de dicho incensario es muy elaborada; de cada lado tiene una peonía y como asas, talladas en cada extremo, un ave fénix muy bien detallada.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

Incensario imperial. “Fénix y Peonía”. China, S. XVII / XVIII

El incensario o vasija lleva más de cien años en la familia, fue comprado por uno de sus ancestros en un viaje a China y ha estado en diferentes partes de la decoración de la casa. En los años sesenta alguien de la familia decidió donarlo a un museo en Berlín, el museo declinó tan bello gesto y el cuenco volvió a casa; años más tarde enviaron fotografías a una casa de subastas en Londres y la información de regreso decía que se trataba de una pieza hecha en el siglo XIX, por lo que el incensario no salió de la casa, continuando así con su función de guardar las pelotas de tenis.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

 Detalle del incensario imperial “Fénix y Peonía”

Hace unos meses, uno de los habitantes de la casa pidió a Koller, una casa de subastas en Zúrich, que por favor valuaran algunas pinturas y otras piezas que querían vender; el especialista llegó para revisarlas y la que más le interesó fue el incensario de bronce lleno de bolas de tenis.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

 Detalle del incensario imperial “Fénix y Peonía”

Le llamó mucho la atención la calidad de la pieza, eso la familia ya lo sabía, por eso intentaron donarlo al museo en Berlín; la calidad no solo estaba en el diseño tan elaborado de las peonías y las aves fénix, sino también en lo que representan.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

Detalle de los caracteres del incensario imperial “Fénix y Peonía”

El simbolismo de las peonías y de las cabezas de fénix representan riqueza y buena fortuna, más aun, el ave fénix se utilizaba como emblema de la emperatriz de China por lo que el especialista de Koller determinó que el incensario se había fabricado para la corte imperial.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

Casa de Subastas Koller. Zúrich, Suiza

El incensario trae una placa con seis caracteres del quinto emperador de la dinastía Ming, Xuande (reinó entre 1425-1435), pero no parece de la época de manufactura por lo que más bien pertenece a la dinastía Qing de alrededor de 1700.

Con toda esa información, la casa de subastas Koller lo firmó para su venta en subasta, no sin antes llevarlo a una feria en Hong Kong (mayo 25-28) donde causó sensación entre los asistentes. La venta durante la subasta se realizó en Zúrich, Suiza el 4 de junio con más de treinta compradores pujando por él.

Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis
Un incensario de bronce chino para guardar pelotas de tenis

Salón de Subastas de Koller en Zúrich, Suiza

Con todo y todo, la casa subastadora fue muy conservadora en los estimados de venta de 50,000-80,000 francos suizos (aproximadamente unos 79,000 dólares) para esta pieza, estimados que se quedaron muy cortos en comparación con el precio de martillo de 4,200,000 francos suizos (aproximadamente 4,900,000 dólares) que alcanzó en la sala de subastas. El comprador fue un coleccionista chino por lo que el incensario vuelve a su país de origen.

La riqueza y la fortuna que representan las peonías y las aves fénix pasaron después de muchos años a la familia de origen alemán que cuidó del incensario todos estos años y que este no quiso irse ni al museo ni a subastarse a Londres, sino que esperó hasta que se lo llevara un coleccionista chino en una subasta en Suiza.

Resta decir que la familia, al no tener donde guardar las pelotas de tenis, con el dinero obtenido por la venta puede hacerse una cancha y tener un lugar especial para bolas y raquetas.

Las casas de subastas son lugares maravillosos donde sucede lo inesperado.

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