1994: una comitiva de periodistas mexicanos escogidos se prepara para arribar a la gran manzana neoyorquina. La razón, en tiempos de austeridad discográfica reúne a pocos representantes de prensa escrita, radio y televisión para tener por pocos minutos a Jimmy Page, guitarrista y cerebro del máximo dirigible que ha parido el rock bizz y a su cantante, Robert Plant. El escenario: la mejor suite del Nikko Essex. La coordinadora del evento es Gaby Martínez (en el momento de escribir esto, alta ejecutiva de la compañía Warner).

Page y Plant están instalados cómodamente frente a una gran mesa de viandas para recibir a pocos representantes de la prensa mundial y, los mexicanos, son con los que terminan su tour de eventos para para promocionar su primer álbum fuera de Zeppelin. La noche anterior no han asistido al Teatro Bacon —de paso es así de fuerte su status— a la presentación de su primer video promocional en donde el expresidente Bill Clinton contrató a Los Rolling Stones para celebrar su cumpleaños y de paso se arregló con Martin Scorsese para la filmación de su video-documental: Shine a light.

Es el tiempo cinematográfico de “Ed Wood”, de Tim Burton con Johnny Deep personificando para la pantalla al llamado “peor director de cine”, de todos los tiempos: una verdadera exageración porque Wood no sólo era original sino hasta un visionario, excéntrico de muy bajo presupuesto y con sus puestas en escena de tres dólares, sin tener ninguna oportunidad en un gran estudio y un culto a su cine que le llegó demasiado tarde en el universo freak.

Llega el turno a los nacionales y, luego de Julio Muñiz (personaje del radio de la época), va Jaime Camil, en su peor época de mamón de tv (luego se volvería, quién lo dijera, hasta buen actor). Es entonces que Gabriela le entrega a Plant la letra impresa del tema “Wonderful one”. Luego de echarle un vistazo, el vocalista de “Rock and roll” vocifera y hace tremendo coraje. Algo está mal escrito y la agarra contra Gaby, que lo para en seco. Page, que ha estado al tanto de la discusión, se ríe. Plant le quiere cargar la mano a la mexicana, pero ésta no se deja y le suelta un “mejor reclámale a tus compatriotas porque ellos hicieron su trabajo mal”.

Robert sale disparado a la habitación con un áspero y amenazante: “Voy a hablar con ellos ahorita mismo”. Mientras que Jimmy Page lo disculpa y acota: “Así es, pero ahorita se le pasa”. Minutos después regresa, se compone la cola que trae entre las patas, se disculpa personalmente con Gaby Martínez. A él debemos una muy buena charla de espera con Jimmy Page, que es un gran anfitrión y testigo de cargo de cómo la Gaby puso en su lugar al gigantesco cantante.

Ahora a 43 años de The song remains the same, el rockumental de Peter Clifton y Joe Massot, un nuevo documental que celebra sus 50 años de estruendo en el cielo del heavy con Jimmy Page, Robert Plant y John Paul Jones, cuenta otra historia que dirige Bernard Machon y que ya se presentó en Cannes. Todos, parece, que han dicho la verdad y, se dice que, el metraje será algo insólito en cuanto a material que rescata sus raíces musicales, con una asombrosa calidad de audio. Page, que se encargó de preservar el legado del Dirigible, no dudó quién sería el director, luego de ver trabajos previos de la historia de su grupo. Según fuentes confiables, la cinta que parece que ya ha finalizado con la posproducción está lista dentro de muy poco.

pepenavar60@gmail.com

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