Ahí donde las series tuercen el rabo, donde no levantan o se vuelven increíbles, a pesar de los buenos augurios de su inicio, la serie en dos partes de La casa de papel de 2017, el thriller hispano estrenado recientemente en Netflix, cumple con creces las expectativas de adicción refrendadas por cinco nominaciones a los Premios Feroz, brillantes críticas en El País y lo mejor, la recomendación de boca en boca por sus intrincados planteamientos de un robo magistral a la casa de moneda y sus demoniacas vueltas de tuerca.

De que el espectador se enganche desde un principio depende en mucho el éxito de cualquier serie para que no se abandone en los primeros capítulos, o de que personajes que no son estelares convenzan y se apoderen de la pantalla, aunque el “estelar” sea otro, como el caso de Luis Miguel, en donde gandallón padre del Solecito, Luisito Rey, muestra credenciales de auténtico hijo de la chin...; mientras que la madre del cantante se vuelve todo un caso de las teorías de la conspiración, gracias a su misteriosa desaparición no aclarada hasta ahora.

Homeland es otro caso que de la adición se pasó al bostezo y, cuando todo apuntaba para el abandono, resurge. El problema es que la productora Fox nunca ha sabido qué trae en las manos, de ahí que, dando tumbos y palos de ciego, la agente de la CIA, Carrie Mathison, no sienta lo duro sino lo tupido de la crítica. Sin prácticamente plataforma confiable para su exhibición, los pocos seguidores que no la han abandonado se quejan de la apatía con que los de Fox están manejando la serie y sus respectivos DVD y Blu-ray.

Casi lo mismo ha pasado con la segunda temporada de Strangers things, donde los hermanitos Matt y Russ Duffer, como buenos ladrones, se siguen robando ideas, argumentos, monstruos y ya mero y hasta personajes, de hace años en otras series. Está bien que el gremio millenial no tenga mucha idea de lo que es el miedo y los buenos sustos, pero no hay que abusar como lo hacen estos mamarrachos del terror sobrenatural y fantástico. Sin embargo, no es explicable la cantidad de nominaciones y premios obtenidos, a menos que el par esté coludido en algo más siniestro para apoderarse de una indefensa e ignorante audiencia de adolescentes, sin background ochentero ni nociones básicas de Ci-Fi.

Otra que camina a pasos firmes por el pantano de lo tenebroso y oscuro es Darknes, la serie alemana que sí ofrece elementos y aportaciones nuevas al género que hace vibrar la columna vertebral de espectadores, ávidos por nuevos latigazos del sobresalto. Si buscan tendencias espeluznantes de verdadero pavor, esta es la serie y no la estafa maestra de los Duffer.

Para los amantes del asesinato, los homicidios nada imprudenciales y la desbandada del asesino en serie, ya se anuncia la segunda temporada de Mindhunter, con los mismos agentes de élite que revolucionaron la investigación de las criaturas del mal, que atacan por diversas rutas patológicas.

Entre tanto los autores del libro Mind Hunter: Inside FBIs Elite Serial Crimen Elite, Mark Olshacker y John E. Douglas, ya escriben a marchas forzadas por los crímenes, la segunda parte de muchas nuevas historias.

Por otro lado, si se le buscan a plataformas bananeras como Blim, con suerte se encuentran entre mucha televisión on demand de segunda y tercera algo, a pesar de sus campañas de publicidad de risa donde se pueden encontrar “miles de series” de absoluta pena ajena.

pepenavar60 gmail.com

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