En estos días, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) sufre de altos índices de contaminación que han obligado a establecer la Fase 1 de contingencia en varias ocasiones. Algunos factores que están agravando la situación son las altas temperaturas, la ausencia de lluvia, el fracaso en las políticas de movilidad y ahora, con mayor intensidad, los impunes bloqueos de vialidades.

El 70% de las emisiones se debe a los vehículos automotores, pero si se mantienen detenidos por bloqueos de vialidades primarias con los motores encendidos, la contaminación se eleva exponencialmente. Este tema en particular las autoridades lo eluden en los foros sobre contaminación porque saben que los toleran impunemente y que representa el incumplimiento de su deber.

Es inconcebible ver que un contingente reducido de personas pueda bloquear la avenida Insurgentes con todo y los carriles del Metrobús, pero lo que resulta absurdo es la reacción inmediata de la policía, que en lugar de retirar el bloqueo, se concentra en establecer un sofisticado operativo para desviar la circulación de los vehículos y no afectar a los quejosos.

Hemos observado en estos días con el mismo modus operandi el bloqueo de avenidas como Reforma, Viaducto Tlalpan, Circuito Interior e Insurgentes. Desde luego, cabe mencionar lo que se ha convertido en un deporte nacional que son los bloqueos de las vías férreas y la toma de casetas de cobro en autopistas con cualquier pretexto.

Si los derechos civiles de millones de ciudadanos y las pérdidas multimillonarias que generan los bloqueos no les interesan a nuestras autoridades, por lo menos esperaría que la grave contaminación que se está generando, los moviera al cumplimiento de su obligación.

El lunes de la semana pasada la CAMe estableció la Fase 1 de contingencia ambiental debido al pésimo estado del aire al alcanzar 156 Imeca; las condiciones no mejoraron, lo que obligó a establecer “medidas extraordinarias”. La verdad es que nadie sabe si realmente éstas se aplicaron porque el mismo día, con motivo de la Semana Santa, se anunció el término de la contingencia para permitir la circulación de todos los vehículos.

Lo que nadie dice es que en los mismos días de contingencia se reproducían por toda la ciudad varios bloqueos a vialidades con distintos motivos, generando un incremento grave de la contaminación sin ninguna acción por parte de la autoridad.

Los bloqueos de vialidades son en realidad acciones violentas e ilegales que no se permiten en ningún país democrático del mundo. La realidad es que nuestro gobierno, tanto a nivel local como federal, ha renunciado al uso legítimo de la fuerza permitiendo de esta forma que México se convierta en el país de la impunidad.

@JL_Luege

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