El futbol también genera mitos, entendidos como relatos en que se simbolizan y se magnifican aspectos notables del juego y sus protagonistas. Su sustrato no es de pensamientos sino de sentimientos. En el mundo deportivo, el mito crea relatos fabulosos, reales o imaginarios, de las hazañas y anécdotas de los jugadores.

Por eso son parte de la mitología futbolera, por ejemplo, la Mano de Dios de Maradona , el gol de tijera de Manuel Negrete, la magia de Pelé , los goles de chilena de Hugo Sánchez , los mordiscos de Luis Suárez, las gesticulaciones de Miguel Herrera y, ahora, el golazo de Hirving Lozano ante Alemania.

Donde mejor se expresa la relación del mito con el deporte es en el juego de pelota del México a ntiguo. Según Paul Westheim , “El hombre del México antiguo, anclado en el mito, impregnado del mito, recurre al mito para interpretar lo que ve. Así, el juego de pelota se vuelve cuestión crucial para la comunidad… Lo que excita al espectador, haciendo que esté con el alma en un hilo, no es sólo la agilidad deportiva del jugador, es la revelación de los designios divinos”.

En el libro Sociología política del deporte, se lee: “El sistema deportivo se nos aparece como una inmensa maquinaria mitológica que no sólo produce mitos específicos (el campeón, etc) sino que alimenta un universo mitológico (los encuentros “homéricos”, etc.).” Se supone que lo expresado por el mito no es demostrable, pero su significado dice mucho.

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