Uno de los temas más polémicos en el presente sexenio ha sido la reforma constitucional en materia educativa, que eliminó la anterior reforma —del Pacto por México— de hace apenas seis años.

La nueva reforma lopezobradorista ha sido criticada por la mayoría de los medios de comunicación, al existir la percepción de que le regresa a los sindicatos, SNTE y CNTE, muchas facultades y poder de decisión en materia educativa. Esto, más como parte de un compromiso político de la pasada campaña electoral, que con el objetivo de hacer avanzar el modelo educativo en las escuelas, particularmente en las públicas.

Y es que con la redacción tan ambigua que desde el Congreso de la Unión hicieron a nivel constitucional todos los partidos políticos, incluidos los de la oposición, en las leyes secundarias es posible insertar prácticamente cualquier cosa. Y eso es justo lo que está pasando. Tan es así, que las propuestas oficiales más polémicas (Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación y Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros) no se verán en el periodo extraordinario de este próximo jueves.

Incluso, hay dudas de que este jueves se vote la Ley General de Educación, pues varios funcionarios públicos la quieren dilatar hasta que se celebre una reunión entre el presidente de la República y la CNTE, programada para la semana entrante, a pesar de que el periodo extraordinario en la Cámara de Diputados ya está convocado, lo que deja ver el peso del magisterio en este tema.

En la Ley General de Educación —y cuyo articulado fue publicado en la Gaceta Parlamentaria este 18 de julio— preocupa la intención de quererse “cobrar” las críticas que han realizado varios medios de comunicación a sindicatos y modelo educativo.

Y es que en los artículos 139 y 140 de la iniciativa morenista se prevén mecanismos para obligar a los medios de comunicación a apoyar el nuevo modelo educativo.

El artículo 139 establece que: “Los medios de comunicación masiva, en el desarrollo de sus actividades, contribuirán al logro de los fines previstos en el artículo 15...”.

Y, a continuación, viene el nuevo artículo 140 que conlleva la capacidad para censurar medios y no tiene referente alguno en el marco jurídico vigente: “Artículo 140. La secretaría (SEP), en coordinación con las autoridades competentes, establecerá lineamientos que den cumplimiento del artículo anterior, con apego a las disposiciones legales aplicables”.

Así que las bancadas afines a Morena, y la SEP, están pretendiendo dar a todos los medios de comunicación lineamientos para apuntalar el nuevo modelo educativo. ¿Qué significa esto?

Sencillamente, que periódicos, revistas, portales digitales y estaciones de radiodifusión, así como la TV restringida, estarían siendo obligados a promover la visión oficial de la “dignidad humana”, el “amor a la patria”, el “compromiso con los valores e instituciones nacionales”, las “actitudes solidarias” y “la honestidad, el civismo y los valores necesario para transformar la vida pública del país” (todos estos conceptos textuales del artículo 15º).

Esto es grave, pues será el gobierno el que emita lineamientos para los fines arriba señalados y, a la par, calificará que la cobertura, información o los editoriales de todos los medios de comunicación se apeguen a la visión y ética gubernamental incorporada en esos lineamientos.

Así, de aprobarse la Ley General de Educación tal como está la iniciativa que se presentó en la Gaceta Parlamentaria, habremos pasado de una Cartilla Moral de Alfonso Reyes, de buenos principios y recomendaciones, a una serie de lineamientos obligatorios para todos los medios de comunicación y que éstos transmitan dichos valores oficiales a todas sus audiencias y lectores. Una imposición no menor.

No dudo de las buenas intenciones de los que han redactado la Ley de Educación. Y, desde luego, hay muchas cosas que se podrían mejorar en las escuelas y en los medios de comunicación, pero que cualquier gobierno dicte línea a los medios de comunicación en estos temas es sencillamente censura.

Ojalá en la discusión que se llevará a cabo en los siguientes días, la SEP y la mayoría de los diputados federales corrijan los artículos arriba señalados. De lo contrario, podría ser el inicio de una revolución educativa/cultural, pero como la que se hizo con el Libro Rojo de Mao Tse Tung durante la revolución cultural china hace más de 50 años.

Estoy seguro de que ese no es el propósito del secretario de Educación, Esteban Moctezuma, que siempre ha sido un libertario. Aunque no se puede decir lo mismo de varios diputados, particularmente de quienes provienen de asambleas magisteriales, las cuales sí tienen semejanza con el marxismo-leninismo.

Pronto sabremos si la tentación de crear lineamientos editoriales para todos los medios de comunicación subsiste, lo que sería algo insólito en un mundo convergente y globalizado en lo que se refiere a los medios de comunicación, pero sobre todo, sería un retroceso en materia de libertad de expresión en México.

Twitter: @JTejado

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