Un debate estéril fue el que inició el Porto, equipo en el que juega Jesús Manuel Corona . Los portugueses se defienden demasiado tarde, dando explicaciones vacías y sin escrúpulos, porque ninguno de sus directivos informa por qué, estando lesionado, el atacante mexicano jugó los 90 minutos del partido del 16 de marzo, en contra del Marítimo, que por cierto ganaron 3-0.

Obviamente nadie puede explicarlo, porque a un jugador que se lesiona lo sacan del campo. Ese día salieron de cambio Pepe, Héctor Herrera y Otavio, decidiendo el entrenador —Sergio Conceiçao— que el Tecatito Corona estaba apto para continuar.

Es decir, por más justificaciones que entreguen, por más que hayan mandado al representante del futbolista, Matías Bunge, a California, el grave error es de comunicación, por decir una cosa y hacer otra, y ahí el único responsable es Corona.

Gerardo Martino ha mostrado —en estos pocos días—, que es un entrenador frontal, y así fue ayer al explicar el caso, argumentando que alguien miente en esta historia y —por supuesto— no es la Federación Mexicana de Futbol, que, al no recibir documentación oportuna del asunto, confió en la palabra del futbolista, quien —por cierto— sí aseguró su presencia en el equipo y, a las pocas horas, se arrepintió.

Un episodio confuso, porque si en verdad la Federación recibió la documentación de la supuesta lesión de Corona, ahí alguien habrá fallado, y tal vez después de ver el descenlace, como se dio, prefirió ocultarlo. Mera especulación, pero en la historia de este deporte, en nuestro país, han existido errores de secretarias, de directivos... En fin, de todos, y siempre todos culpan a alguien más.

Por eso, Gerardo Martino debe estar seguro, porque claro que alguien miente, seguro alguien está mintiendo en esta historia.

El balance que hará Martino en las próximas horas será básico y determinante para la Copa Oro. Después del partido de esta noche, tendrá en la cabeza a futbolistas que serán cortados para el torneo regional, porque hoy tiene a 28 y ayer reconoció que será la última vez que convoque a tantos, así que —mínimo— siete de los que hoy están en el equipo ya no seguirán.

La valoración generalizada de la primera gira de 2019, pase lo que pase esta noche, es de armonía, disciplina y de siempre encarar frontal y directamente los problemas. Por eso habló de que Javier Hernandez sí le solicitó un permiso especial para casarse en Chula Vista . De hecho, mandó —durante dos horas— a un miembro del cuerpo técnico a cuidarlo. Hasta para eso está listo el Tata.

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