Finalizó el partido en el estadio Chivas y, al caer por quinta ocasión en el torneo, seguramente en el Guadalajara se dieron cuenta, ahora sí, que de las últimas 24 salidas que han tendido, solamente han ganado cuatro, y dos fueron en la pasada Liguilla. Es decir, de los últimos 18 partidos de temporada regular, las Chivas han ganado dos; sí, parecía distinto el panorama cuando se habla del campeón, pero esos son sus reales números.

Tal vez por eso aparecieron en la conferencia de prensa los jugadores Isaac Brizuela, Edwin Hernández, Alan Pulido, Jair Pereira, Rodolfo Cota, Jesús Sánchez y Oswaldo Alanís, mandando un mensaje claro a la opinión pública: ellos dan la cara junto a Almeyda, pero habría que sumar a esta alarmante racha negativa a la directiva, al hombre que designó Jorge Vergara como el vocero del equipo y que hoy sólo publica ambigüedades, obviedades, pero eso sí, sigue con los pleitos con aficionados que le reclaman el pésimo torneo de Chivas. José Luis Higuera ha sido incapaz de publicar una explicación de por qué el campeón de México, sumando el torneo anterior y éste, solamente ha conseguido el 42.85% de los puntos disputados. De 35 partidos, tiene 10 ganados, 15 empatados y 10 perdidos, números muy bajos para quien aspira a la excelencia que tanto presumen. Y eso que aquí sumamos el torneo del campeonato, porque solamente en este Apertura 2017, las Chivas han logrado un miserable 25% de los puntos disputados: nueve de 36.

Lo que quieren escuchar los millones de aficionados al Guadalajara son explicaciones y soluciones, no leer constantes pleitos y burlas a los tuiteros por parte de quien representa al equipo. ¿Hay garantías en la continuidad de Matías Almeyda, que es lo que quieren los jugadores, según dejaron ver anteayer? ¿En el marcado invernal vendrán refuerzos? ¿Es suficiente para un equipo como Chivas solamente tener éxito en la Copa?

Lo único que les queda en este semestre es intentar ganarle al América en el Azteca, a mitad de semana, pero sería el perfecto disfraz de la mediocridad, porque un equipo de esta grandeza no puede “salvar” la temporada por ganar un Clásico, mucho menos la Copa MX, en la que aún aspira a algo.

El respiro para Higuera y compañía es que, por ahora, no son el peor campeón de la historia. Pumas, en el Apertura 2009, había conseguido ocho puntos en 12 partidos, y finalizó el torneo con 17.

Mala planeación, soberbia, lesiones. Muchas cosas se juntaron para Chivas. Pese a las inversiones millonarias de Jorge Vergara, les hace falta encontrar mejores suplentes, armar un equipo más talentoso y esperar algunos años más a que las fuerzas básicas sigan dando jugadores, porque hoy todo el talento es de importación. Lo malo es que la directiva no tiene la capacidad para entender que a un campeón hay que fortalecerlo, no disminuirlo.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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