No tenemos que sorprendernos ni caer en los lugares fáciles de los adjetivos calificativos de nuestro ejercicio narrativo como prensa deportiva, seamos conscientes y además congruentes con el deporte.

Tenemos enfrente de nosotros, en nuestra era, tres agentes de cambio de la pelota. Dos están en la cancha: Messi y Cristiano . Otro en el banco: Pep Guardiola .

Ojo, soy fan de Mourinho, Simeone, Klopp, Ancelotti, Almeyda y ahora de Martino, pero eso no me quita la objetividad del legado de Pep más allá del Barcelona. Es cierto, son seis años sin lograr la cereza del pastel, ganar la Champions , pero ser tan reduccionista en el análisis puede confundir a próximas generaciones en lo que ha hecho este técnico.

Ahí la posesion de la pelota, lo que hacen los volantes mixtos, los delanteros dentro y fuera del área, los medios que van de área a área y los centrales que cruzan líneas son una postura que tardó en madurar más de 100 años.

Por eso, tomar los errores contra el Mónaco, Liverpool y ahora Tottenham en la Orejona en la era del City, o las repasadas que le dieron con el Bayern también en este torneo sin ver cómo ha ganado todo lo demás, es una falta de respeto a este deporte.

Me niego a decir que Guardiola fracasa, así como CR7 ahora en la Juve o Messi con Argentina ; ellos llegaron para ser diferentes, para dejar legado en la cancha misma y fuera de ella. Son seres que con sus defectos humanos han hecho en estos casi 16 años de carrera, algo irrepetible. Guardiola tendrá que enfriar la crítica y pensar en los nuevos retos.

¡Bienvenidos, bienvenidos!

A la historia ingrata del escrutinio social al inmaculado Guardiola.

@EnriqueVonBeas

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