Sabía que se trataba de un libro importante, por el tema y los autores. Pero confieso que lo imaginé denso, teórico, académico, así que me dispuse a leerlo así. Y me llevé la gran sorpresa. Antología de la gestión cultural. Episodios de vida, está lleno de historias personales, éxitos y fracasos, de capítulos importantes en el devenir del desarrollo de múltiples proyectos culturales de nuestro país, pero contados desde dentro con anécdotas, reflexiones, propuestas y sentido del humor. La variedad es tan amplia como los puntos de vista y la especialidad de los 60 autores que integran este libro coordinado por Eduardo Cruz Vázquez y editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Yo pensaba que la frase “por amor al arte” había quedado atrás en la historia hasta que terminé la lectura del libro. Y lo hice con profunda gratitud hacia tanta gente que ha entregado su vida, casi siempre de forma anónima y sin reconocimiento, para crear un puente entre la producción cultural y la sociedad. Profesionales que hacen cotidianamente un esfuerzo titánico para que los proyectos cristalicen a pesar de la burocracia, los recortes presupuestales y condiciones de trabajo en donde la incertidumbre y la precariedad conviven casi de milagro con la satisfacción y el gozo de compartir conocimiento a través de la danza, el teatro, el cine, los libros, la poesía, un suplemento cultural, un buen concierto o las artes visuales.

En términos de historia, estas páginas contienen muchas. Nos cuentan cómo se gestaron proyectos como el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, la primera Bienal de los Volcanes en Morelos, cómo es que la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez fue la primera en firmar un contrato con la Warner Music o qué sucedió con el Programa Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de México. Quién está detrás de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Xalapa y quién de las Salas de Lectura o del Festival Tijuana Interzona; a quién se le ocurrió un Programa Cultural de las Fronteras; cómo ha logrado La Matatena que su Festival Internacional de Cine para niños (…y no tan niños) alcance 24 años de vida; cómo es que una compañía de teatro sin papeles llamada No Encontramos logra hacer teatro para indocumentados en Estados Unidos; qué retos se vivieron en el emblemático Centro Multimedia del Centro de las Artes; cómo se gestó la reforma constitucional que consagra los derechos culturales, la libertad creativa y el derecho al acceso a la cultura. Cómo la cultura le ganó al dinosaurio en el Museo del Chopo… Estas y muchas otras historias, reunidas en un libro dejan de ser piezas sueltas o eventos aislados para formar parte de un gran mosaico o un coro de voces de quienes, desde los años 80, han vivido en carne propia el vaivén de las políticas sexenales desde dentro del sistema o desde la autogestión.

El libro ofrece un gran abanico de definiciones de cultura y gestión cultural. Propuestas y preguntas. Anécdotas vividas que dicen mucho más que un tratado. Como cuando una compañía de teatro independiente fue invitada a España y al pedir apoyo a la Secretaría de Relaciones Exteriores, el funcionario en turno les sugirió que quitaran algunos personajes de la obra puesto que sólo podía apoyarlos con la mitad de los boletos de avión.

Los autores son gestores culturales, capacitadores, periodistas, organizadores de encuentros y festivales, maestros, empresarios, exfuncionarios, artistas… o todo eso junto. Se trata de 31 mujeres y 28 hombres de 24 estados que exponen los sueños, las obras y los impulsos de una vocación, pero también inquietudes a ras del suelo en un entorno de paradojas donde cada día los apoyos se reducen, pero los artistas se multiplican, como plantea Marcela Flores Ruvalcaba.

Al final, Bárbara Martínez Moreno ofrece un glosario especializado. Termina con Utopía: “(…) inalcanzable pero asequible en fugaces e inspiradores momentos. La gestión cultural es el oficio para la utopía”.

adriana.neneka@gmail.com

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