Texto y fotos actuales: José Antonio Sandoval
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Miguel Ángel Garnica
Todos alguna vez hemos transitado, atravesado o escuchado de la Avenida Álvaro Obregón, que es sin duda, una de las calles más representativas de la Colonia Roma. En sus inicios se llamó Avenida Jalisco, corre desde Avenida Cuauhtémoc hasta la Avenida Oaxaca, muy cerca del Parque España y atraviesa, entre otras, las calles de Orizaba, Monterrey e Insurgentes.
Tiene un ancho de 45 metros, lo cual permitió que se hiciera un camellón espacioso con árboles, luminarias y bancas. El nombre de Álvaro Obregón se le dio en 1928, tras el asesinato de aquel presidente electo, quien tenía su residencia en el número 185 de esta vía.
Develación de la placa en 1928, cuando se dio el nombre de avenida Álvaro Obregón a la antigua avenida Jalisco, frente al número 185, donde vivía el presidente. Foto “Colonia Roma” de Edgar Tavares López.
Entre los habitantes más famosos de esta avenida, destaca el poeta zacatecano Ramón López Velarde, autor del poema “Suave Patria”, y que habitó la casa con el número 73 de este paseo, actualmente esta casa tiene una placa en conmemoración del sesenta aniversario de la muerte del poeta, en 1981.
Concepción Acevedo de la Llata, conocida como la madre Conchita, vivió en la casa marcada con el número 187, a un lado de la del presidente electo Álvaro Obregón y quien fuera acusada de ser la autora intelectual de asesinar al presidente electo, en 1928, en el parque de la Bombilla.
En 1976 se construyeron 12 fuentes sobre el camellón y a cada una se le agregó una escultura de bronce, muchas de ellas réplicas de obras de la Antigüedad clásica, entre los personajes que se observan esta un Gladiador, una Venus de Milo, una Venus de Médicis, o la escultura de Sátiro y Amor del mexicano Miguel Noreña, entre otras.
Imagen de una fuente sobre el camellón de la avenida Álvaro Obregón, entre las calles de Orizaba y Jalapa, donde se aprecia la escultura de Sátiro y Amor del mexicano Miguel Noreña.
A diferencia de las primeras décadas cuando se observaban elegantes casas de hasta tres pisos, al caminar sobre esta avenida hoy vemos más edificios que en su parte baja albergan restaurantes, cafeterías, bares, librerías, estéticas, oficinas, hoteles y hospitales.
Fundación de la Colonia Roma
La Avenida Álvaro Obregón forma parte de una de las más emblemáticas colonias de la Ciudad de México: la Roma, fundada a principios del siglo XX por el empresario inglés Edward Walter Orrín, gerente y miembro del Consejo de Administración de la Compañía de Terrenos de la Calzada de Chapultepec, S.A., además de los ingenieros estadounidenses Casius Clay Lamm y su hijo Lewis, quienes también fungían como parte del Consejo Administrativo junto con Pedro Lascuráin que era el tesorero.
Edward Orrín y sus hermanos Jorge y Carlos, fundaron el famoso Circo Teatro Orrín, que se ubicaba donde hoy está el Teatro Blanquita, una de sus grandes atracciones era payaso británico Ricardo Bell. Edward compró el terreno “Potrero de Romita” y el 24 de enero de 1902 solicitó autorización para fraccionar y lotificar ese lugar.
El proyecto de Orrín sobre la distribución de las calles fue rechazado por la entonces Comisión de Obras Públicas, con lo que “debía ajustarse al plano realizado por la propia Comisión y cumplir con otras condiciones de urbanización”; así, el 30 de diciembre de 1902 se aprobó el nuevo proyecto para la Colonia Roma.
Los límites de la Colonia Roma han variado con el tiempo, como nos menciona el historiador Edgar Tavares López, ya que en 1904 al norte se delimitaba con la avenida Chapultepec, al oriente con el pueblo de la Romita y la Calzada de la Piedad, actual avenida Cuauhtémoc, al sur por la avenida Jalisco, hoy Álvaro Obregón y al poniente por la avenida Veracruz, hoy un pequeño tramo de Insurgentes. Más tarde, creció hacia el sur hasta la hoy conocida avenida Coahuila.
Actualmente limita al norte con la avenida Chapultepec, que la separa de la colonia Juárez; al oriente colinda con la colonia Doctores y las separa la avenida Cuauhtémoc; al sur la calle de Coahuila, parte de la avenida Álvaro Obregón y Yucatán, estas la separan de la colonia Roma Sur, Hipódromo y Condesa, con esta última colinda al poniente y las divide la avenida Veracruz, que se llamaba Hipódromo porque desembocaba en el famoso Hipódromo de la Condesa.
Un recorrido por avenida Jalisco, hoy Álvaro Obregón
En 1932, la Roma era considerada la colonia más segura de la ciudad, como lo menciona el semanario EL UNIVERSAL ILUSTRADO: “según estadísticas policiacas, la Colonia Roma es la zona más tranquila de la ciudad. Es donde ‘los días blancos’ se suceden con regularidad cronométrica”, es decir, que los días sin crímenes eran un día sí y otro también.
EL UNIVERSAL también hizo un recorrido por la Avenida Álvaro Obregón para observar sus cambios a lo largo de más de 80 años haciendo un comparativo de los negocios que se anunciaban en EL UNIVERSAL ILUSTRADO con los que hoy vemos en esta zona.
Iniciamos nuestro recorrido en la esquina de Álvaro Obregón y Cuauhtémoc, antes Calzada de la Piedad, donde se localiza el parque Pushkin, el cual abarcaba dos manzanas cuando iniciaba la Colonia Roma y tenía el nombre de Jardín y Parque infantil “Jesús Urueta”, en recuerdo del político y periodista mexicano conocido como el “Príncipe de la Palabra”. Hasta 1932, año en que EL UNIVERSAL ILUSTRADO publicó dos textos de la Colonia Roma, aún llevaba el nombre del diplomático.
El jardín y parque “Jesús Urueta” era muy distinto al actual parque Pushkin, ya que contaba con un pequeño lago artificial que hoy ya no vemos y que ha dado paso a diversos espacios recreativos y culturales, además de juegos infantiles y una pequeña biblioteca pública. Frente a este parque, sobre avenida Cuauhtémoc, se localiza la estación del metrobús del mismo nombre: “Parque Pushkin”.
Imagen del Jardín y Parque Infantil “Jesús Urueta” en 1932 publicado en EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
Cruzando Álvaro Obregón continúa la esquina con avenida Cuauhtémoc donde en 1932 se encontraba el almacén de ultramarinos “El Sol de Roma”, el cual era atendido por su dueño el señor Rafael Sandiel y que ofrecía un surtido general de vinos y licores nacionales y extranjeros. Hoy, ya no vemos aquel almacén, en su lugar hay un edificio más moderno y en su parte baja está el restaurante “Delirio Pushkin”.
Imagen de “El Sol de Roma” en 1932 y el actual edificio en la esquina de Cuauhtémoc y Álvaro Obregón.
Siguiendo la antigua Avenida Jalisco hacia Insurgentes, caminamos y llegamos al número 80 de Álvaro Obregón en donde EL UNIVERSAL ILUSTRADO anunciaba, en 1932, “El Faro Eléctrico” llamada “La Casa de la Electricidad”. Hoy, 86 años después, aún encontramos esta ferretería surtida y atendida por el señor Humberto Zermeño, hombre de 68 años, de los cuales 50 los ha dedicado a hacerse cargo del negocio fundado por su abuela en 1931.
“El Faro Eléctrico” ofrecía “precios moderados”, además de realizar “tru-tru y bordados” que hacía la abuela de don Humberto. El negocio de instalaciones y materiales eléctricos lo atendía su padre y su tío. Con el tiempo, su tío se retiró y el negocio quedó en manos de su padre don Humberto Zermeño y luego de la muerte de este, el señor Humberto que tenía 18 años tomó las riendas del negocio y continúa hasta la fecha junto con su hijo.
La primera imagen es un anuncio de “El Faro Eléctrico” en EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1932, la segunda es el señor Humberto Zermeño posando frente al negocio que su padre le heredara hace 50 años y que tiene más de 80 años de existencia.
Durante la entrevista nos comentó que es un orgullo y una responsabilidad para él que aún se conserve este negocio, a pesar de los cambios de la avenida y de la colonia; además de mantenerse en pie tras los sismos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017.
Recuerda que el día del sismo del año pasado fue el de mayor venta en toda la historia de “El Faro Eléctrico”, “nunca habíamos tenido fila para atender a la gente, y ese día (19 de septiembre de 2017) mi hijo tuvo que organizar para que la gente se formara para ser atendida”, la gente llegó a comprar palas, picos y todo tipo de herramientas que ayudaran en las labores de rescate de los edificios derrumbados como el de Álvaro Obregón número 286.
Humberto Zermeño recuerda que desde los ocho años iba al negocio de su padre. Antes vivía en La Condesa y se transportaban del Parque España en un camión de la línea “Roma-Mérida”, que le costaba 20 centavos y recorría todo Álvaro Obregón hasta dejarlo en frente del negocio familiar.
Al ver la imagen del anuncio de la antigua “Casa de la Electricidad” parece reconocer que una de las personas que se encuentran en la foto de 1932 es su padre, Humberto Zermeño; quien luce recargado en un antiguo mostrador de madera. Recuerda a su padre quien le heredó el negocio y que él, a su vez, también le dejará a su hijo. Don Humberto espera que este local siga por varias generaciones más.
Salimos de “El Faro Eléctrico” y caminamos solo unos metros hasta llegar a la esquina que forman las calles de Córdoba y Álvaro Obregón donde se encontraba el restaurant “América”, atendido por su propietario Francisco Marcos - según un anuncio de EL ILUSTRADO- anunciándose como “El mejor de la colonia. Abierto hasta las 23” cuyo menú era de un peso. Hoy en día este lugar se encuentra cerrado y sin la marquesina que anunciaba el antiguo restaurante.
Dos imágenes de la esquina que forman Álvaro Obregón y Córdoba en 1932 y en 2018.
Continuamos nuestro camino sobre el amplio camellón con fuentes, esculturas, bancas y grandes árboles que dan sombra a los paseantes y a aquellos que salen de sus trabajos y negocios para comer, o simplemente tomar un respiro del ajetreo de la vida cotidiana.
Caminando hacia el poniente aún encontramos el elegante “Edificio Balmori” donde en el número 113 se encontraba la zapatería “Flory” que anunciaba “el mejor y más elegante calzado hecho en el país y de mejores resultados que el extranjero”, hoy esta zapatería ya no existe, en su lugar se encuentra una estética mientras que el edificio conserva el mismo estilo que en 1932.
Anuncio de la zapatería “Flory” de 1932 y una imagen actual del elegante edificio “Balmori”.
Llegamos al 130 de Álvaro Obregón, un edificio de estilo art nouveau con dos pequeñas torres que en 1932 albergaba el Mercadito “El Parian”, propiedad en ese momento del señor Manuel Echeverría, que según se describe en EL UNIVERSAL ILUSTRADO era “un hombre dinámico que sabe emplear su dinero de manera que produzca utilidades y satisfacciones; empleó sus energías y gran parte de su capital en construir esta privada en mercadito” y creando un “centro comercial de gran importancia” en la Colonia Roma, con lo que los vecinos de la zona se proveían sin necesidad de acudir al centro de la ciudad.
Imagen de “El Parian”, en 1932, en el número 130 de Álvaro Obregón.
Hoy este edificio que corre ¿? desde Álvaro Obregón hasta la calle de Chihuahua, aún conserva su espíritu comercial ahora con restaurantes de lujo que distan mucho de la tienda de abarrotes “El Pinocho” que se ubicaba en el local 11, del almacén de abarrotes “Don Quijote” o de “El Mago”, una verdulería ubicada en el local 1 de El Parian”, que daba precios de mayoreo; ahora la fachada la adornan las marquesinas del restaurante italiano “Nonsolo” y el restaurante y bar “Alekzander”.
Imagen actual de la fachada del antiguo mercadito “El Parian” ubicado en el número 130 de Álvaro Obregón.
Muy cerca de “El Parian”, aunque cruzando la avenida, encontramos un edificio marcado con el 131 de Álvaro Obregón, el cual hace esquina con la calle de Jalapa, es en un local de este inmueble donde se encontraba “Teresita”, una sedería, juguetería y tienda de regalos, atendida por Guadalupe Cauz Cervantes y que anunciaba “reparación de medias, trou-trou, marcas en litografía, etc.”. Actualmente no existe y en su lugar encontramos una tienda de abarrotes, su mostrador de madera ha sido cambiado por uno metálico para las frituras en bolsa.
Anuncio de la sedería y tienda de regalos “Teresita” de 1932 y el edificio actual de Álvaro Obregón número 131.
Sobre Álvaro Obregón nuestros pasos nos llevan hasta la esquina que forma con la calle de Monterrey, y es aquí donde se localizaba “El Parque Lascurain”, una tienda de abarrotes y ultramarinos que se anunciaba como “la casa más surtida en la colonia y la que mejores precios tiene”, además de informar a su clientela de sus entregas a domicilio; hoy en esta misma esquina encontramos el restaurante “Delirio” de la chef Mónica Patiño que conserva la misma marquesina pero con el nuevo nombre del local.
Esquina de Monterrey y Álvaro Obregón, donde se localizaba “El Parque Lascurain” y que ahora se encuentra “Delirio”.
No todos los cambios en esta avenida han sido hechos por el hombre, también la naturaleza se ha hecho presente, y es así que llegamos al número 286 de Álvaro Obregón, si bien este inmueble pertenece a la colonia Hipódromo, es relevante mencionarlo por ubicarse en la avenida que nos compete. En aquí que el sismo del 19 de septiembre de 2017 derribó el edificio de oficinas que se ubicaba en este lugar y donde murieron 49 personas, el mayor número de personas fallecidas en la capital por aquel evento. El gobierno de la Ciudad de México ha informado que se construirá en este lugar un memorial por las víctimas de aquel terremoto.
Imagen del predio de Álvaro Obregón 286 donde se construirá el memorial por las víctimas del 19 de septiembre de 2017.
Es así que terminamos este viaje que gracias a EL UNIVERSAL ILUSTRADO hicimos por parte de la historia de la Avenida Álvaro Obregón, un vistazo entre los antiguos comercios de 1932 y los actuales, viendo como muchos de ellos han desaparecido y solo uno se mantiene a través del tiempo y de los cambios que ha sufrido esta emblemática calle.
Mapa de la Colonia Roma, tomado de “Colonia Roma” de Edgar Tavares López.
Nuestra foto principal es una toma de principios del siglo XX de la Avenida Jalisco antes de su cambio de nombre a Álvaro Obregón y pertenece al libro “Colonia Roma” de Edgar Tavares López.
Fotografías antiguas:
Archivo EL UNIVERSAL.
Fuentes:
EL UNIVERSAL ILUSTRADO del 19 de mayo de 1932 y 21 de abril de 1932; “Colonia Roma” de Edgar Tavares López. Entrevista con algunos locatarios de la Avenida Álvaro Obregón.