A partir de la recepción mediática que se ha vaciado en torno al " Blue monday o Lunes más triste” , investigadores han estudiado la tasa de suicidio de esa fecha en especifico, con resultados que arrojan que no existe ninguna relación de que ocurran acontecimientos que sobrepasen la cotidianidad.

Ricardo Trujillo Correa

, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México , aclara que “decir que un día en específico es el más triste del año es pseudociencia , pues el estado de ánimo de las personas no se construye de eventos únicos y matemáticas”.

Trujilllo Correa atribuye la creación de esta clase de conceptos al advenimiento de la publicidad y a la atención que le prestamos a la información mediática; asegura que existe "la necesidad de información actual, inmediata y superficial, como una forma de controlar la realidad y el entorno”, con el único objeto de intensificar el consumo , como ha sucedido en distintas prácticas.

La idea de que el tercer lunes de enero es el día más triste del año carece de argumentos suficientes puesto que “la afectividad es colectiva e involucra el contexto, el espacio, la temporalidad y la individualidad”, reitera que no es más que otro concepto "carente de rigor y evidencia", destaca el académico.

El origen del día más triste del año data de 2005, al dar voz a la publicidad de una campaña de Sky Travel , una empresa de agencia de viajes, que buscaba aumentar sus ventas y retomó el estudio de Cliff Amall , un investigador inglés que conjuntó factores culturales, tales como variaciones climáticas, propósitos de año nuevo y gastos y deudas adquiridas durante las celebraciones navideñas para llegar a dicha conclusión.

Respecto a los supuestos de Amall, el científico de la UNAM señala que no hay investigaciones previas que nutran a ese estudio, en cambio, achaca a la afectividad como un consenso colectivo e inconsciente al darle sentido y resignificación a nuestra cotidianidad.

A raíz de sus estudios de la sociedad posmoderna, Trujillo Correa concluye que “si una idea es fomentada mediáticamente con la lógica de producir una necesidad y vender lo necesario para satisfacerla, se construye el escenario perfecto para el consumo”.

El académico respaldó sus argumentos a través de las palabras de Miles Hweston y Serge Moscovic i en su teoría de representaciones sociales, al asegurar que así como la ciencia colabora en construir creencias, “las creencias pueden construir ciencia ”.

(Con información de la UNAM)

mlc

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