Bajo tus pies, a kilómetros de profundidad, hay vastos ecosistemas tan ricos como la Amazonía y más grandes que todos los océanos del planeta.

Pero este mundo casi no ha sido explorado y para observarlo necesitas microscopios potentes.

"Es como si hubiéramos hallado toda una nueva reserva de vida en nuestro planeta", señaló Karen Lloyd, investigadora de la Universidad de Tennessee en Estados Unidos.

Lloyd es una las científicas que participó en el proyecto Observatorio del Carbono Profundo, Deep Carbon Observatoryo DCO.

Más de 1.200 científicos de 52 países aportaron datos a este ambicioso proyecto que estudia la vida bajo la superficie terrestre. Y los primeros resultados fueron presentados esta semana en el encuentro de la Unión Estadounidense de Geofísica, en Washington DC.

"Cerca del 70% de todos los microbios de la Tierra están bajo nuestros pies", afirmó Lloyd.

"Esto cambia nuestra percepción de dónde se halla la vida en la Tierra. Y lleva nuestra atención desde la superficie, donde hay árboles, ballenas o delfines, hacia un mundo subterráneo donde se encuentra la mayor parte de la vida en el planeta".

A más de 5 km de profundidad

A pesar del calor extremo, la falta de luz, los nutrientes escasos y la enorme presión, los seres de este mundo subterráneo florecen.

Los científicos estimaron que los organismos bajo tierra representan entre 15.000 y 23.000 millones de toneladas de carbono, cientos de veces más que el contenido en todos los seres humanos.

Para llegar a esa estimación los científicos perforaron la superficie terrestre y tomaron muestras a más de 5 km de profundidad, tanto bajo tierra firme como bajo el mar.

Microbios
A diferencia de esta bacteria fotosintética, los organismos subterráneos están muy lejos de la luz solar. No realizan fotosíntesis sino quemosíntesis y obtienen nutrientes a partir de los minerales.

A partir de esas muestras los investigadores cuantificaron las células vivas de organismos en volúmenes determinados.

Y en base a esos registros usaron modelos para estimar el número total de biomasa bajo la tierra.

"Si bien estas muestras son apenas puntos en un vasto planeta, hemos estudiado ecosistemas lo suficientemente diferentes como para llegar a una estimación razonable del carbono contenido en estas formas de vida", afirmó Rock Colwell, experto en ecosistemas microbianos de la Universidad de Oregon.

Microbios y minerales

Los investigadores estiman que la biósfera profunda tiene entre 2.000 y 2.300 millones de km cúbicos, casi el doble que el volumen de todos los océanos.

Los organismos más comunes bajo la tierra son procariotas, es decir, microbios sin un núcleo contenido en una membrana, incluyendo bacterias y las llamadas arqueas, organismos unicelulares con una historia evolutiva diferente a la de las bacterias.

Vehículo no autónomo usado para explorar las características geofísicas en las profundidades del mar
Los científicos tomaron muestras a más de 5 km de profundidad, bajo el lecho del mar y bajo tierra firme.

Pero los científicos también hallaron organismos eucariotas, es decir, microbios u organismos multicelulares con células que sí contienen un núcleo en una envoltura.

Los microbios de este mundo profundo no pueden aprovechar la luz del Sol para obtener energía, por lo que no utilizan fotosíntesis sino quemosíntesis para alimentarse.

En otras palabras, obtienen energía química y nutrientes a partir de los minerales que los rodean.

"Pueden vivir miles de años"

Uno de los organismos hallados vive a 2,5 km de profundidad y es un metanógeno, genera metano que no usa para reproducirse sino para repararse.

La vida subterránea también vive en escalas de tiempo completamente diferentes.

"Para mí lo más extraño es que algunos de estos organismos pueden vivir miles de años. Están metabólicamente activos pero usan menos energía de lo que hasta ahora pensábamos era necesario para la vida", explicó Lloyd.

Científicos tomando muestras en el volcán Ticsani en Perú
Los investigadores tomaron muestras de organismos en condiciones extremas, como las fumarolas (gases y vapores que emergen de grietas) en torno al volcán Ticsani en Perú.

Algunos de los microorganismos que viven miles de años solo se mueven cuando hay desplazamientos de placas tectónicas, terremotos o erupciones.

"Nosotros los seres humanos tenemos procesos relativamente rápidos, ciclos diurnos basados en el Sol o ciclos lunares basados en la Luna. Pero estos organismos son parte de ciclos muy lentos en escalas geológicas", señaló Colwell.

Ciclo del carbono

El descubrimiento fue posible gracias nuevos taladros que perforan a mayores profundidades y microscopios más potentes que captan formas de vida cada vez más minúsculas.

El estudio permite a los científicos comprender mejor uno de los procesos fundamentales que impulsa la vida en la Tierra: el ciclo del carbono.

"No puedes entender el papel del carbono en nuestro planeta sin comprender su diversidad", señaló el directo ejecutivo del proyecto, Bob Hazen.

"Las células procesan carbono, lo absorben y lo exhalan, hacen cosas increíbles para transformar el medio en el que viven".

Otros planetas

Los detalles de este mundo subterráneo tienen además implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas.

"En el presente el límite conocido de temperatura para que pueda haber vida es de 122 grados Celsius, la temperatura a la cual se esterilizan los equipos en los laboratorios", señaló Lloyd.

"Pero no conozco a ningún científico que piense que ese es el límite teórico absoluto", agregó la investigadora de la Universidad de Tennesee.

Exoplaneta
"Es probablemente razonable asumir que el subsuelo de otros planetas y lunas puede ser habitable", señaló Colwell.

"Sabemos por ejemplo que si la temperatura es muy alta esto afecta la integridad de las membranas y lípidos".

"Pero si la presión es mayor también cambia el límite de temperatura. Y eso significa que podría haber organismos a temperaturas mayores a medida que aumenta la profundidad".

Para Colwell, "aquí en la Tierra hemos visto que los organismos pueden sobrevivir muy lejos de la luz solar usando la energía de las rocas profundas".

Y esto significa que "es probablemente razonable asumir que el subsuelo de otros planetas y lunas puede ser habitable".

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