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Los eclipses solares pasados permitieron a los científicos estudiar la estructura del Sol, encontrar la primera prueba de la Teoría de la relatividad general de Albert Einstein, y descubrir el elemento Helio.

El fenómeno astronómico que ayer oscureció el cielo de Estados Unidos no será la excepción ya que fue aprovechado por científicos de la NASA para avanzar en el estudio de la atmósfera solar, la de la Luna, así como la de otros planetas como Mercurio.

Según la agencia espacial estadunidense, un eclipse total del Sol como el que se registró ayer es el momento perfecto para estudiar la corona solar, el aura de plasma caliente y con alta energía que rodea al astro. Para eso, entre los múltiples registros y experimentos que realizaron sus expertos desde el espacio y en diversas partes del país norteamericano, 11 naves espaciales, tres aviones, más de 50 globos de alta altitud y los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional tomaron fotografías y videos del llamado “fenómeno astronómico del siglo”.

Algo que llamó la atención fue la misión de dos aviones WB-57F que tenían como fin perseguir las sombra del eclipse total para lograr fotografías de alta velocidad y alta resolución que les permitirá estudiar, entre otros fenómenos, los movimientos ondulatorios en la corona y las nanollamaradas, un tipo de explosión que se produce en el gran astro y que sigue en estudio por los especialistas debido a las limitaciones técnicas que no permiten verlas directamente. “Nadie ha visto directamente nanollamaradas, pero las imágenes de alta resolución y alta velocidad que se toman de los aviones WB-57F podrían revelar sus efectos en la corona. Las imágenes de alta definición, capturadas 30 veces por segundo, serán analizadas en busca de movimiento de olas en la corona para ver si las ondas se mueven hacia o lejos de la superficie del Sol y con qué fuerzas y tamaños”, señaló la NASA.

Los aviones tripulados y equipados con dos telescopios infrarrojos también buscaban examinar Mercurio para crear el primer mapa térmico de ese planeta. Con estos registros podrían determinar a qué velocidad se enfría la superficie de este planeta. Además, estos resultados darán a los científicos una visión de cómo Mercurio y otros planetas rocosos pudieron haberse formado.

Los dos aviones despegaron desde el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston y su misión era observar el eclipse total durante tres minutos y medio. Ambos sobrevolaron Missouri, Illinois y Tennessee a unos 15 kilómetros de altura.

Por su parte, un equipo de astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA) utilizó este evento para observar puntos de luz brillando a través de huecos en el terreno lunar que se producen cuando el último y el primero de los rayos del Sol resplandecen justo antes y después de que se produzca el eclipse total.

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