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La emoción estaba a flor de piel; para la mayoría de los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Juárez era la primera vez que presenciaban un fenómeno natural de este tipo.

La convocatoria la hizo la Sociedad Astronómica Juarense, pero prácticamente nadie fuera de los jóvenes alumnos atendió la invitación, en buena medida porque la universidad se ubica en las orillas de Juárez, muy lejos del Centro Histórico desde donde tomaría por lo menos hora y media llegar en autobús.

Sin embargo, al tiempo que en otras latitudes se hacía gala de la mejor tecnología para observar el eclipse, aquí la austeridad y carencias fueron el común denominador.

Un teléfono celular, una lata de aluminio y un vidrio para soldar, unidos con cinta gris, y montados en un tripié hicieron las veces de telescopio. Así, en una pantalla de 50 pulgadas se proyectaba en tiempo real el avance del fenómeno, captado desde el improvisado “dispositivo”.

Mientras, los lentes para soldadura se vendían como pan caliente en la explanada de la Universidad, todos querían estar preparados para cuando el sol desapareciera parcialmente del firmamento.

Un grupo de estudiantes de Bachilleres fue llevado por sus maestros a mirar el evento, y llegaron con los aditamentos adecuados para observar el eclipse. Con cajas de zapatos y rollos de cartón para papel higiénico construyeron “cámaras” en las que se reflejaba cómo la Luna escondía al Sol.

Fotógrafos y camarógrafos de medios de comunicación locales facilitaron sus equipos para que los jóvenes pudieran ver el esplendor del eclipse, el cual llegó a las 11:47 (hora local), sobre un cielo completamente despejado, a diferencia de los días previos en que estuvo nublado y hubo lluvias ligeras.

“Es impresionante, es la primera vez en mi vida que veo algo así”, dijo Raúl, estudiante del Cobach #9, quien junto con sus compañeros intentó una y otra vez tomar una buena fotografía a la pequeña pantalla de una cámara de televisión.

Los astrónomos se notaban entusiasmados; los jóvenes, a la expectativa; por dos horas siguieron paso a paso el avance del eclipse, al final la lata de aluminio y las cajas de zapatos cumplieron su objetivo: todos vieron cómo la Luna cubría 70% del espectro solar, algo que no se repetirá en Juárez hasta 2040.

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