¿Es la empresa familiar la mejor o la peor opción de negocio que puede haber? ¿Por qué la mayoría de las empresas en el mundo son familiares? ¿Por qué solo una minoría de las empresas familiares logran llegar a la tercera generación?

Alrededor de este tipo de empresas se dan dinámicas interesantes de reflexionar. ¿Es que acaso las empresas familiares padecen el síndrome de Superman? Tienen grandes poderes, pero tienen sus puntos débiles, su kriptonita familiar, la cual, cuando se presenta, puede llegar a aniquilarlas.

Indudablemente las empresas familiares tienen grandes fortalezas y toda empresa por las características propias de su creación, pasan por un etapa de “familiaridad”.

Esto es, quien funda la empresa, la dirige, posee una parte importante del capital y hace cabeza en una familia, junto con su cónyuge. Naturalmente, la vida de la empresa se entrelaza a la de la familia, y viceversa.

Antes de repasar dónde está esa kriptonita que afecta a las empresas, quisiera recordar la definición de estas empresas. ¿Qué es una empresa familiar? Es aquella en la que el control accionario está en manos de una o dos familias, la cual tiene una proporción significativa de su patrimonio en ella, y es influenciada por las relaciones familiares, al ser algunos de sus miembros quienes dirigen a la empresa.

Además, hay una influencia de los vínculos familiares en la sucesión directiva de la empresa.

Las empresas familiares rara vez son vulnerables en la primera generación. Al momento de faltar el fundador es cuando la empresa se vuelve vulnerable. La sucesión es un primer momento a superar: se requiere de anticipación, planeación y formación de quienes asumirán los liderazgos, así como el desarrollo de los órganos de gobierno empresarial y familiar.

El paso a la tercera generación constituye un nuevo reto, ya que las soluciones y acuerdos que funcionaron para una sociedad de hermanos en un segunda generación, requieren de revisión y evolución para los retos que un consorcio de primos genera.

Las fortalezas de las empresas familiares como son la lealtad, dedicación, visión de largo plazo, compromiso con un proyecto empresarial, confianza, espíritu emprendedor, visión de negocio, entusiasmo, entrega, capacidad de logro, desarrollo de valores y virtudes como la prudencia, la fortaleza, etcétera, se pueden perder cuando se cae en excesos, rutina, apatía, resistencia al cambio, envidias, rencores, falta de honestidad, abusos sobre los recursos, desatención al negocio y muchos otros vicios y pasiones humanas.

En síntesis, una de las grandes vulnerabilidades de la empresa familiar está en la falta de formación de las siguientes generaciones.

Creo que la empresa familiar hace aflorar lo mejor de las personas y puede llevar a una empresa muy alto, pero también puede hacer surgir lo peor de un ser humano y destruir el esfuerzo de años de trabajo. Formación de los miembros de la familia y planeación de las sucesiones generacionales son dos aspectos claves para mantener esa kriptonita lejos de la empresa familiar.

Director de Centro de Investigación para
Familias de Empresarios BBVA Bancomer
de IPADE Business School

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