La cancelación de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali es más grave que la del aeropuerto de Texcoco, al afectar la confianza de inversionistas privados y manda una señal negativa al exterior, dijo el economista en Jefe de BBVA México, Carlos Serrano.

“Incluso si se corrige la decisión, será un daño permanente a la credibilidad del país, donde no se respeta el Estado de derecho, ya que una empresa que tenía todos los permisos, incluyendo el de agua, ha invertido dos terceras partes de los recursos”, añadió.

El especialista consideró que esta medida llega en el peor momento para la economía mexicana, además de que muestra que no hay Estado de derecho, donde se envía el mensaje de que se toman decisiones no democráticas.

Para Serrano, México está en una oportunidad histórica para atraer inversión incluso con la contingencia del coronavirus, por el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, y el Tratado de libre comercio (T-MEC); sin embargo, se está desperdiciando.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer que en la entrega de permisos para que Constellation Brands construyera una planta cervecera en Mexicali, Baja California, hubo actos de corrupción e influyentismo, por lo que se revisará la forma en que éstos se entregaron y confió en que tras cancelar la construcción no se ahuyente la inversión en México.

Rompe acuerdo

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, dijo que días antes de la consulta para decidir el destino de la planta cervecera, el gobierno firmó en la Secretaría de Gobernación un acuerdo para mantener la obra.

Sin embargo, no lo suscribió la Secretaría de Medio Ambiente, que promovió la consulta en la que participó “una pequeñísima parte” de la población, expuso.

Explicó que consistió en “un acuerdo en el que la empresa [Constellation Brands] se comprometía a regresar el agua; la autoridad le permitía operar”.

En videoconferencia, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, dijo que hubo compra de votos, acarreo y malas prácticas del pasado.

Consideró que se canceló un proyecto que no afectaba, porque “de ninguna forma compromete la viabilidad hídrica de Mexicali”. Con información de Pedro Villa y Caña y Alberto Morales

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