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El ajuste en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al refresco que busca aplicar el gobierno en 2020 tendrá consecuencias en el poder adquisitivo para la base de la población, dijo Casa de Bolsa Intercam.

“Son precisamente las personas con el nivel más bajo de ingresos a quienes afecta directamente este impuesto”, informó.

En un análisis explicó que en términos de IEPS, la administración está proponiendo un aumento al impuesto de 8.54% a 1.24 pesos por litro en lugar de 1.17 pesos que se recauda actualmente.

“Consideramos que la probabilidad de que este impuesto prospere es elevada y tendrá un impacto ligeramente negativo en los resultados de las embotelladoras. Aunque dada las valuaciones de Arca Continental y Coca Cola FEMSA, pensamos que todas las malas noticias pudieran estar incorporadas en los precios actuales”, expuso.

Añadió que las embotelladoras han logrado sortear la implementación de estos impuestos en el pasado, tanto en México como en otros países latinoamericanos, por lo que se espera que el IEPS sea trasladado al consumidor.

Intercam consideró que aunque la estrategia de las embotelladoras es implementar el aumento en precios desde antes y no perder rentabilidad, el riesgo de ejecución es más elevado que en ocasiones anteriores dado el entorno económico en el que se espera un bajo dinamismo en la economía mexicana, para el resto del año y 2020. Al tiempo que el consumo ha perdido fuerza y dinamismo.

“Las razones por las que se justifica el impuesto, de acuerdo con el gobierno, es que resulta ser un combate efectivo para la obesidad. La realidad es que sólo ataca una parte de la dieta del mexicano, porque la obesidad es el resultado de los hábitos de consumo y la falta de una dieta balanceada. Sin embargo, es un impuesto sumamente efectivo y de gran alcance que le dará recursos adicionales al gobierno”, detalló.

Intercam agregó que en 2018, cuando el impuesto pasó de un peso a 1.17 pesos por litro, los volúmenes de las embotelladoras se mantuvieron creciendo, inclusive por arriba del PIB, mientras que en el portafolio total los precios subieron más que la inflación.

“Esto es una muestra que incluso con un incremento de doble dígito, las embotelladoras lograron darle la vuelta al impuesto”, dijo.

La Industria Mexicana de Bebidas (ANPRAC) dijo que después de cinco años de análisis, de escucha a expertos, de seguimiento a datos del Inegi y la Secretaría de Hacienda, es evidente que este impuesto es un gravamen a los pobres.

“Según estudios presentados por reconocidas instituciones académicas, 57% de lo recaudado lo han pagado los mexicanos con menos recursos. El impuesto ha sido ineficaz, pues no ha cumplido con su objetivo de cambiar hábitos ni de disminuir el consumo. Hasta ahora no se tiene claridad de cuál ha sido el destino de los recursos recaudados gracias a esta medida impositiva”, expuso.

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