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Hay que quitarle la tentación a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y al Congreso de seguir controlando presupuestalmente a Petróleos Mexicanos (Pemex) y que la considere un factor de ajuste de las cuentas nacionales, asegura Fluvio Ruiz Alarcón.

Hombre cercano al círculo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y a quien se le atribuye la autoría del programa de rescate de la industria petrolera, reitera la necesidad de sacar a Pemex del presupuesto de egresos y también evitar que la producción de petróleo crudo siga siendo vista como una fuente de recursos fiscales de corto plazo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el también consejero profesional de Pemex durante el periodo 2009-2015, advierte que si la petrolera sigue estando sujeta a controles presupuestales, difícilmente va a crecer, “porque siempre va a haber la tentación desde la Secretaria de Hacienda o de la Cámara de Diputados de controlar su presupuesto”, agrega.

En las actuales condiciones, dice, “difícilmente puede salir adelante porque toda la jerarquización de sus proyectos de inversión estarán sujetos a las necesidades fiscales del Estado, y lo que necesita la empresa es que pueda empezar a determinar sus proyectos de mediano y de largo plazos a partir de la lógica industrial del sector petrolero y no tanto a esas necesidades fiscales inmediatas”.

Este puede ser un cambio revolucionario si finalmente se le permite a Pemex transitar hacia la naturaleza propia de una empresa y se va poco a poco alejando de los controles que en la práctica le impiden avanzar.

Para ello, subraya, hay que cambiar el gobierno corporativo y tiene que haber una reducción en términos de la dependencia de los ingresos fiscales totales y a partir de ahí darle a Pemex un mandato muy claro de creación de valor, reducción de la dependencia energética y que sea compatible con un crecimiento armónico.

De acuerdo con cifras al cierre del primer semestre de 2018, Pemex generó ingresos totales de 975 mil 651 millones de pesos, derivados tanto de ventas internas como exportaciones. De esa cantidad, 449 mil 112 millones fueron a parar a las arcas del gobierno federal vía impuestos, derechos y aprovechamientos, una cantidad 5.2 veces mayor a lo que le cuesta operar en todas las líneas de negocio.

“Sabe hacer las cosas”. Hay evidencias de que cuando Pemex tiene recursos “sabe hacer las cosas”.

En el periodo que conocemos como el desarrollo estabilizador, la participación del sector petrolero siempre fue inferior a 1% del PIB, lo que quiere decir que se puede crecer así, dice.

Heberto Castillo decía que petróleo genera riqueza donde se transforma y no donde se produce, y creo que debemos recuperar esta idea, y a partir de eso tener un crecimiento más razonado, detalla Ruiz Alarcón.

Reingeniería en relaciones laborales. Mencionado para dirigir a Pemex Exploración y Producción (PEP) con la futura administración, habla de la relación de la petrolera con su sindicato, el STPRM, que encabeza Carlos Romero Deschamps.

Tenemos que hacer una reingeniería de las relaciones laborales de los trabajadores petroleros con la empresa. “Eso es fundamental”, es decir, propiciar la elección autónoma de la dirigencia de los trabajadores frente a la compañía.

Es algo que seguramente ocurrirá, pero “es una decisión que debe tomar el nuevo presidente, porque el Estado no la ha tomado, no ha podido, no ha sabido o no ha querido desarrollar las relaciones gremiales a partir de una relación completamente libre de los trabajadores sino que se ha quedado en una zona de confort en donde esas relaciones se han estructurado de forma corporativa frente al Estado”.

Creo que eso será central, fundamental, y eso si nos puede dar un país muy distinto, subraya.

Revisión de contratos. Sobre el área que le tocaría dirigir en caso de dirigir a PEP, refiere que se están revisando los contratos asignados en las diferentes rondas de licitación de bloques petroleros que están firmados, “pero vamos a ver hasta qué punto pudieran existir algunas anomalías”.

La parte fundamental de la revisión tiene que ver con la comparación entre los primeros contratos y los últimos, que van a mostrar cómo se fue cediendo cualitativa y cuantitativamente las condiciones de los mismos.

Aquí hay un gran tema, agrega, en los contratos de licencia de las Rondas 1.3 y 1.4, “no se pidió lo que marca el artículo 6 de la Ley de Hidrocarburos, sobre generar una contraprestación en favor del Estado, que son los bonos de firma, lo cual podría haber causado un daño patrimonial en el cual la responsabilidad recaería en los funcionarios de Hacienda”, afirma.

Hubo constantes ajustes a las condiciones de los contratos y parecería que se estaba elaborando un traje a la medida, “trajes de baño en todo caso”, sentencia Ruiz Alarcón.

Por ello, considera que es necesario que la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) deje de estructurarse simplemente a partir de la organización de licitaciones, “tiene que fortalecer toda la parte relacionada con la administración de los contratos que se dieron, que son más de 100”.

También necesitamos “establecer un programa de exploración, de desarrollo y producción para las próximas dos décadas que nos permitan como país ir produciendo en función de nuestras necesidades de transformación industrial y no sólo en función de las necesidades fiscales de la Secretaría de Hacienda”.

No vamos a buscar metas volumétricas ambiciosas, vamos a producir todo lo que necesitamos transformar y si hay excedentes exportarlos, pero a diferencia de la lógica que ha imperado en estos años, donde lo que se ha buscado es maximizar la producción para tener recursos fiscales de corto plazo, “nosotros proponemos producir conforme al ritmo óptimo de producción para que haya una mayor recuperación, pero no precipitar la extracción como ocurrió en su momento en Cantarell y aparentemente también en otras zonas petroleras”.

Límite a exportaciones. Considera que si es necesario establecer un límite a las exportaciones de las empresas privadas que obtengan producción de petróleo se puede hacer.

“Es una facultad de la Secretaria de Energía establecer esos límites y uno de los cambios que proponemos, es que la ley sea más explícita y que establezca que la producción sea de operadores nacionales, público o privados, primero vaya a satisfacer las necesidades internas y si hay excedentes que se puedan exportar”.

No es nada nuevo, estos sucedió hasta hace un año en Estados Unidos, donde la seguridad energética fue siempre un objetivo fundamental de cualquier tipo de política pública.

Inversión de origen. Se habla de una inversión adicional de 175 mil millones de pesos para el primer año de la próxima administración, ¿son suficientes estos recursos para iniciar el despegue? Se le pregunta.

Nunca serán suficientes, pero es una cantidad muy importante y sobre todo que muestra esta voluntad de recuperar las actividades de exploración que son fundamentales, porque finalmente es lo que te permite ejecutar el negocio en el tiempo.

Pemex entre 2012 y 2013, lapso en el cual invirtió en forma creciente en exploración, “se convirtió en la tercera empresa en incorporación de reservas y la segunda en incorporación de reservas rentables en el mundo”.

“Es decir, cuando Pemex tiene la posibilidad de recursos para invertir lo ha hecho muy bien y esperemos que esta inversión anunciada nos permita ir recuperando paulatinamente capacidad de restitución de reservas que hoy anda en cifras escandalosamente bajas.”, concluye Ruiz Alarcón.

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