Imponer aranceles para reducir el denunciado déficit comercial en Estados Unidos

no es la mejor manera de arreglar el comercio e incluso debilita la competitividad de la región. Así lo señalan, en un artículo difundido en CNN , de la autoría de George P. Schultz y Pedro Aspe.

En el artículo titulado “Una mejor manera que los aranceles para mejorar el panorama comercial de América”, Shultz, ex director de la Oficina de Administración y Presupuesto de EU; y Aspe, ex secretario de Finanzas de México , resaltan que las relaciones comerciales, de hecho, vuelven a América “más competitiva globalmente”.

Incluso coinciden que el déficit comercial se deriva, en gran medida, de “factores internos”, incluyendo algunas decisiones fiscales estadounidenses.

Los expertos retoman las cifras difundidas por la Oficina Presupuestal del Congreso de EU, que revelan que en el año fiscal 2017, el gobierno de EU tuvo un déficit de 665 mil millones de dólares (3.5% del PIB).

Las previsiones señalan que el déficit presupuestal alcanzará los 804 mil millones de dólares en el año fiscal 2018 (4% del PIB) y continuará su trayectoria a la alza no sólo en 2019, sino en 2020, alcanzando el 4.6% del PIB.

Estas proyecciones, subrayan, se basan en que “el gasto del gobierno está creciendo más rápido que la economía, representada por el PIB, y se prevé que el gasto del gobierno se eleve incontrolablemente, a menos que se apliquen reformas domésticas en las tres áreas que ya representan más de la mitad del presupuesto: retiro, atención médica y los crecientes pagos de interés sobre la deuda misma”.

Un incremento en el déficit fiscal de EU se traducirá, eventualmente, en más déficit comercial total, justo lo contrario de lo que desea el presidente estadounidense Donald Trump.

Cuando eso ocurra, subrayan Shultz y Aspe en el artículo, “no ayudará culpar a Canadá, México, la Unión Europea o China por las decisiones domésticas de EU”.

A decir de los expertos, elevar los aranceles entre EU, Canadá y México “sólo debilitará una maquinaria manufacturera que está bien aceitada y que se basa en el alto nivel de integración que las tres economías tienen en sus cadenas de suministro. Esta integración hace que la región, como un todo, sea más competitiva frente al mundo”.

Como ejemplo, mencionan que el sector manufacturero de EU incorpora a suministradores canadienses y mexicanos para ser más competitivos y exportar sus productos a nivel global.

Modificar esta integración con aranceles más altos, advierten, es un “pierde-pierde para Norteamérica que sólo beneficiará a países como China, que ha mostrado poco respeto por las cadenas de suministro estadounidenses”.

Trump, concluyen, en efecto puede hacer una diferencia respecto de la competitividad comercial ede América, pero señalan que “debería asegurarse de que sus decisiones lo ayudarán realmente a lograr los resultados que él y sus votantes desean”.

En cuando a la respuesta que Shultz y Aspe darían al déficit comercial, son claros: “Poner bajo control el propio déficit del gobierno de EU”.

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