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Que levante la mano aquel que no haya comprado nunca nada por Amazon. Basta echar un vistazo a los empleados de mensajería que caminan, durante estos días de confinamiento, por las desiertas calles de nuestras ciudades para ver la cantidad de paquetes que se distribuyen a diario con el logo "de la sonrisa de la A a la Z" grabado en el cartón.
Amazon nació en un lejano verano de 1994, como una pequeña compañía de e-commerce (comercio electrónico), fundado por un tal Jeff Bezos (apellido, por cierto, de origen gallego, ya que sus antepasados emigraron a Norteamérica desde esa región del norte de España), un joven visionario que previó grandes horizontes más allá de un -incipiente entonces- 'invento tecnológico' llamado Internet.
Hoy, Bezos es multimillonario (el hombre más rico del mundo, según las últimas estadísticas) y su compañía simboliza el fenómeno de la globalización mundial. El hombre que empezó vendiendo libros, discos y software personalmente (recibía los pedidos por el día, los empaquetaba por la noche y los llevaba a la estafeta de correos al día siguiente en bicicleta) y que estuvo a punto de cerrar la persiana por quiebra tras el estallido de la burbuja de las 'puntocom' en el 2000, se ha convertido hoy en el creador de un fenómeno comercial y social que sobrepasa el mero concepto de 'venta electrónica'.
He aquí cinco curiosidades sobre su historia, evolución y secretos de su éxito:
1 . El primer nombre con el que se registró la empresa fue Cadabra (cadabra.com), intentando hacer un juego de palabras con la expresión mágica Abracadabra. Sin embargo, su sonoridad recordaba demasiado fonéticamente al sustantivo inglés "cadáver", por lo que se decidió cambiar la nomenclatura a Amazon (en referencia al río más largo del planeta, el Amazonas), un sustantivo que además, al comenzar por la 'A', la primera letra del abecedario, ayudaba en los buscadores de la época, que indexaban por entonces por orden alfabético.
2 . A pesar de que todo el mundo relaciona Amazon con la venta electrónica, la división de la compañía que más beneficios les reporta actualmente es AWS (Amazon Web Services), un servicio que presta infraestructura a empresas y particulares que deseen utilizar internet como herramienta de desarrollo (algo parecido a un Cloud o 'nube') pero que carecen del suficiente músculo tecnológico para hacerlo por sí mismos. Entre los clientes que tienen alojada su estructura en los servidores de Amazon (a cambio de un jugoso 'alquiler') se encuentran compañías tan populares como Tinder o Instagram (incluso se comenta que la CIA guarda parte de sus archivos en la AWS de Amazon).
3 . Otra división poco conocida es Amazon Mechanical Turk, una plataforma propia que funciona como una especie de empresa de trabajo temporal. Los particulares publican allí sus servicios a modo de oferta de empleo y cualquiera que esté interesado puede contactar con ellos si así lo desea. De este modo, Amazon no sólo despliega una red de contactos profesionales muy interesante sino que utiliza Mechanical Turk como su propio departamento de Recursos Humanos (cabe recordar que la empresa de Jeff Bezos mantiene una plantilla descomunal de 250 mil trabajadores, cuatro veces más que Google, por ejemplo).
4 . La principal filosofía de Amazon está basada en el margen, un concepto que implica un estudio pormenorizado del ahorro de costos. Un ejemplo muy curioso de esta filosofía es su sistema de almacenamiento físico de los productos que vende, dirigido y robotizado por una inteligencia artificial que se dedica a optimizar los espacios (Amazon posee hasta 80 centros de abastecimiento repartidos por el mundo).
En contra de lo que nos dictaría el sentido común, los artículos no se acumulan por clases o tipologías, sino que se van almacenando según el hueco libre que dejen (como si fueran piezas de un gigantesco Tetris). De este modo, un libro puede estar alojado entre la cavidad vacía que hay entre una lavadora y una bicicleta estática, un método que se antoja caótico, pero que ahorra unos preciosos centavos a Amazon por cada metro cuadrado de almacén.
5 . Las cifras macroeconómicas de Amazon no dejan lugar a la discusión sobre el éxito de su modelo. En 2019, cerraron su año con unas ventas de 280 mil millones de dólares, algo así como 8% de todo el e-commerce del planeta.
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