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Washington.— La corrupción es toda una industria, pero es un mal negocio, porque además de que genera más pérdidas que ganancias, es muy difícil recobrar la confianza en un país, advirtieron expertos.

Durante la mesa de alto nivel organizada por el Banco Mundial (BM), previa al inicio de las reuniones de Primavera, con el tema “Medidas para combatir la corrupción: aumentar la prevención, hacer frente a la impunidad y cambiar las percepciones”, se ponderó la importancia del uso de la tecnología.

Para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida en un mundo en rápida transformación, es necesario ser innovadores en la lucha contra la corrupción, consideraron los participantes.

La directora general del BM, Kristalina Georgieva, propuso que primero se deben tomar medidas para detener la corrupción y luego aprovechar las ventajas que proporciona la tecnología para monitorear los recursos junto con el apoyo de las organizaciones no gubernamentales.

En cambio, para el investigador principal y asociado de Microsoft, Christopher White, la tecnología ha cambiado la forma en que se mira la corrupción, y señaló el caso de los Panama Papers, que destaparon la forma en que se esconden las ganancias en paraísos fiscales.

Afirmó que los ciudadanos deben ser los actores del combate a la corrupción, sacándole jugo a los procesos de organización digital y presentar los casos en los tribunales.

La tecnología te hace ver las cosas y las anomalías, porque cuando algo parece bueno para ser verdad se puede comprobar esto con las herramientas digitales, dijo.

Durante la charla se comentó el caso de una periodista en Costa Rica que participó en la confirmación de la información que se tenía sobre los evasores fiscales en su país.

A raíz de los Panama Papers cambió la forma de trabajar de los periodistas, porque dejaron de ser “lobos solitarios” para compartir información a través de redes para impulsar investigaciones que destaparon casos que conmovieron al mundo.

Por su parte, el ex consejero general de la empresa Siemens AG, Peter Solmssen, manifestó que de acuerdo con su experiencia, tener la idea de que la corrupción es un buen negocio es un error.

“Cuando limpiamos Siemens subieron las ganancias. Si tomas en cuenta lo que tienes que dar en pagos por corrupción, hay más pérdidas que ganancias”, destacó.

Alina Mungiu-Pippidi, autora del libro The quest for good governance: how societies develop control of corruption, afirmó que la corrupción es toda una industria.

Consideró que no es suficiente con detener a alguien por esa práctica, sino que hacen falta sistemas de prevención como el acceso a datos. Reconoció que en los 20 últimos años ha habido una conciencia sobre el tema y la sociedad está valorando que puede tener gobiernos no corruptos.

Se comentó que en Europa del este, al principio nadie quería invertir en un país en transición por temor a encontrarse con la corrupción.

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