¿Estás por comprar un inmueble y te preocupa el tema de los sismos ? El portal inmobiliario realizó un análisis de las zonas con menor y mayor riesgo sísmico en la Ciudad de México, esto te puede ayudar a tomar una buena decisión.

En la capital del país existen tres tipos de suelo en cuanto a sismos se refiere: blando, de transición y firme . En cada uno, los temblores se sienten con diferente intensidad y el movimiento de las construcciones es diferente, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

En el suelo blando,

por ejemplo , se percibe un mayor movimiento y los edificios suelen balancearse fuertemente debido a la amplificación de las ondas, detalla el análisis.

En contraste, en el suelo firme la percepción del sismo es menor y las construcciones se mantienen más estables.

Las zonas de mayor riesgo

Las zonas de la Ciudad de México donde se encuentran los depósitos aluviales (donde se encontraban los lagos) son las que presentan un mayor movimiento sísmico, como las delegaciones:

- Cuauhtémoc

- Gustavo A. Madero

- Venustiano Carranza

- Iztapalapa

- Iztacalco

- Tláhuac

- La zona del Centro Histórico

, las colonias Roma Norte, Narvarte, Juárez, Doctores, Tabacalera y Tlatelolco.

José Antonio López, vocal de la Mesa Directiva de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS), recomendó consultar con un ingeniero especializado en sismos para que éste evalúe el probable riesgo de una construcción, dependiendo del número de pisos y la estructuración del inmueble.

Las zonas más seguras 

Protección Civil elaboró un mapa geológico en el que se destaca, por ejemplo, que las delegaciones Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa se asentaron sobre el volcán San Miguel. En estas delegaciones el suelo está conformado por derrames de lava.

En estas zonas, cercanas a los cerros o formadas por roca volcánica, baja la vulnerabilidad ante un sismo , destacó López.

Otras delegaciones, como Tlalpan, Milpa Alta y Xochimilco se encuentran sobre conos de escoria (lava porosa) y derrames de lava basálticos que forman parte de la Sierra de Chichinautzin.

La zona de Santa Fe es un caso particular. “No se debe olvidar que en el pasado fue un relleno sanitario, por lo que las ondas sísmicas podrían amplificarse y generar daños no contemplados”, explica José Antonio López, vocal de la Mesa Directiva de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS).

“Los diferentes componentes de una onda sísmica se amplifican o atenúan dependiendo del tipo de suelo que se encuentren en su camino. En la Ciudad de México, la zona que fue de lago, amplifica la onda sísmica, caso contrario a la zona de lomas, o suelo rocoso, donde la energía del sismo se atenúa y reduce de manera importante”, apuntó López.

Así, algunas colonias dentro de las zonas de menor intensidad son:

- Ajusco

- Ciudad Universitaria

- Pedregal de San Francisco en Coyoacán

- Lomas de Chapultepec

- Las secciones I, II y II de Polanco en Miguel Hidalgo

Otras zonas con menor riesgo sísmico son:

- El pueblo San Mateo Xalpa

- La Cañada

- El Pueblo de Santiago Tepalcatlalpan en Xochimilco

- El Cuernito, Paraíso

- La Estrella en Álvaro Obregón

- Además de las colonias que conforman a las delegaciones Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Milpa Alta.

A pesar de que algunas regiones sean más seguras que otras, no significa que estén exentas de riesgo o que los temblores no se sientan en absoluto, aclara Víctor Espíndola, jefe de Análisis e Interpretación de Datos Sísmicos del Servicio Sismológico Nacional.

Aunque la zona sur es mucho más firme, puede verse afectada por sismos más profundos, reconoció el especialista.

“No son sismos que provengan de la zona de subducción directamente, como fue el sismo del 85, sino son más bien sismos que provienen de la placa de Cocos, que ya está bajo la norteamericana, esa placa de todos modos se sigue fracturando y ocurren sismos a profundidades de 70, 65 kilómetros, que pueden estar bajo ciudades del estado de Puebla, la parte norte del estado de Guerrero, al norte, un poco, del estado de Michoacán”, explica Espíndola.

Aunque el experto destacó que son más comunes y más fuertes los sismos que provienen de las costas del Pacífico.

La explotación de los mantos acuíferos ha ocasionado que las propiedades del suelo varíen y, por lo tanto, su comportamiento en un sismo. Por ejemplo, partes de la Ciudad de México que tuvieron un buen comportamiento durante el sismo de 1985 podrían tener problemas en otro, advirtió López.

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