Los principales motores de la economía mexicana son la inversión física y el consumo privado: mientras la inversión se ha desplomado durante los primeros nueve meses de 2019, el consumo se mantiene en terreno positivo, evitando que la economía caiga en una franca recesión, revelan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La inversión fija bruta, que representa los gastos realizados en maquinaria y equipo de origen nacional e importado, así como los de construcción, registró una contracción anual acumulada de 4.8% de enero a septiembre de este año, frente al mismo periodo de 2018, su retroceso más fuerte en 10 años.

El reporte muestra que este componente de la demanda agregada sigue enfrentando un entorno muy complicado, sin lograr extender las modestas ganancias de agosto, que estuvieron impulsadas por mejores resultados en construcción y maquinaria y equipo importado, comentó el economista senior de Banorte, Juan Carlos Alderete.

Agregó que la evidencia —hasta el momento— alude a que la caída en la inversión pública no ha sido la única responsable de la debilidad acumulada en lo que va del año.

Por componentes, la construcción es el segmento de la inversión que reporta la mayor contracción, con una caída anual acumulada de 8.7% hasta septiembre, el primer retroceso para dicho periodo desde la crisis financiera internacional en 2009. A su interior, la edificación residencial se mantuvo en terreno positivo con un alza marginal de 0.1%, en tanto que la no residencial se desplomó 10.1%.

Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo total registró un retroceso de 3.2% en los primeros nueve meses de 2019 respecto al mismo periodo del año pasado.

Los gastos en maquinaria y equipo de origen nacional reportaron una contracción de 1.9%, mientras que los de origen extranjero cayeron 4.4%.

Consumo resiliente

Menos afectado que la inversión, el Indicador Mensual del Consumo Privado en el mercado interior logró todavía un crecimiento anual acumulado de 0.9% en el periodo de enero a septiembre, la tasa más baja para dicho periodo en 10 años.

El consumo privado seguirá presentando tasas modestas de crecimiento anual, en medio de un entorno de incertidumbre, afectado por el deterioro en el mercado laboral y la desaceleración económica, aunque el alza de las remesas y la menor inflación le darían estabilidad al cierre del presente año, explicó Iván Huerta, analista económico de grupo financiero Ve por Más.

Al interior de este indicador, el consumo en bienes de origen importado reportó la mayor fortaleza, con un incremento de 2.3% respecto al mismo periodo del año anterior.

A pesar de ello, es el menor crecimiento para un periodo similar en 10 años.

Por su parte, la demanda de bienes de origen nacional alcanzó un crecimiento anual acumulado de apenas 0.8% hasta septiembre, destacando la caída de 8.9% de los bienes duraderos.

Además, el consumo de servicios acumula un aumento de 0.9% durante el periodo de referencia.

El futuro desempeño del consumo privado, así como la inversión física, serán clave para la posible recuperación de la economía mexicana. Hacia adelante, el segmento de la construcción no residencial podría verse beneficiado por el inicio de proyectos de infraestructura como el nuevo aeropuerto en la Base Militar de Santa Lucía.

Por el lado del consumo existen algunos datos, como las ventas en cadenas comerciales, que apuntan a que el indicador podría mejorar para el cierre del año.

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