Pasma la cantidad de dientes con los que los políticos se pro-mocionan. De la noche a la mañana, a cada poste del ba-rrio, a cada esquina, a cada trasero de camión, le brota la contundente dentadura del candidato caradura.

Utilicen su imaginación, infórmense bien, desconfíen de los guías ortodoxos, detengan un momento el ritmo enloquecido de su vida diaria

Desde hace algunos años, El Líder Supremo anuncia cada semana que va a “tirar aceite”, pues va a presumir lo grandioso, exitoso, fastuoso y glorioso que es él, según una encuestadora norteamericana

Este Líder, me temo, es de los que hacen la apología del habla popular por su “sencillez y su claridad”, que son los méritos del “lenguaje directo”.

En la cultura, más allá de otros ámbitos, la susceptibilidad extrema, el desprecio ignorante, la hipocresía interesada son una moneda común