
El número de inocentes muertos, israelíes y gazatiés es terrible. Las fotos de niñas y niños asesinados, sean judíos o musulmanes, escuecen. La ideología de Hamas impide cualquier diálogo, no sólo con Israel, sino con Occidente.

El número de inocentes muertos, israelíes y gazatiés es terrible. Las fotos de niñas y niños asesinados, sean judíos o musulmanes, escuecen. La ideología de Hamas impide cualquier diálogo, no sólo con Israel, sino con Occidente.

Las protestas estudiantiles en Estados Unidos exigen alto a la destrucción de Gaza. Ni una sola dedica eslóganes a favor de la liberación de los rehenes ni condenan a Hamas.

Durante casi 17 años el déspota se ha mantenido en el poder. Ha hecho y desecho la estructura de su país, años atrás modelo democrático en un área yerma de naciones democráticas.

Cuando un galeno nota “peligro” en posibles acciones de su paciente, tiene la obligación de romper la confidencialidad y avisar a las autoridades. Guardar o no el secreto profesional, ése es el dilema.

Entre más transcurre el tiempo del conflicto en Gaza, los políticos deseosos de hacer la paz pierden; entre más meses se suman, los inocentes pierden.

La siempre rota relación entre israelíes y oriundos de Gaza se ha deteriorado más. Cada muerto, palestino o israelí, incrementa la hondura del conflicto y nulifica el valor de las palabras.

Lo "judío” engloba un enorme y abigarrado mosaico. La “ecuación judía” contiene incontables avatares, algunos lógicos otros ilógicos. “Lo judío”, un mundo sui géneris.



Inculpar “de todo” a Israel es erróneo. ¿Por qué nunca se fundó un Estado Palestino? es la pregunta fundamental. Israel se retiró de Gaza en 2005.