Como es natural, el lanzamiento de A. Lange & Söhne que más atención ha recibido en 2016 es el más espectacular por su diseño y mecánica. Cabe aclarar que en el caso de esta marca alemana, lo espectacular no es sinónimo de vistoso, sino al contrario. Desde su resurrección a principios de los años 90 luego de la caída del Muro de Berlín, A. Lange & Söhne se ha caracterizado por producir relojes con un alto contenido tecnológico y una belleza rotunda, pero sutil y serena.

El Datograph Perpetual Tourbillon de este año demuestra lo anterior. Por un lado, combina el que algunos expertos consideran el mejor movimiento de cronógrafo de los últimos tiempos (Datograph), con un calendario perpetuo y un tourbillon. Por otro, la esfera prioriza la legibilidad y es de una elegancia contundente. Tanto que para no afectar esta configuración se decidió poner el tourbillon en el reverso de la caja, donde corona un mecanismo con el tipo de acabados artesanales que explican por qué la casa sajona es tan respetada.

Sin embargo, hay otro guardatiempo cuya discreción encarna dos cualidades más de A. Lange & Söhne: la obsesión continua por perfeccionar sus productos hasta el mínimo detalle y la apuesta por un purismo estético muy atractivo para cualquier tipo de cliente. Se trata del renovado Saxonia Thin, que se presentó en dos tamaños: 40 milímetros y, por primera vez, 37 milímetros, disponibles en oro rosa y oro blanco. El reloj de tamaño pequeño se convierte en el más asequible de la firma, con un precio aproximado de 15,000 dólares.

El departamento de arte de la marca llevó a cabo una labor de refinamiento destacable en las nuevas versiones del Saxonia Thin. Los cambios en la carátula de plata maciza buscan mejorar lo que a primera vista parecía inmejorable. Los bastones de los índices son más largos y están más cerca del bisel que en el modelo original de 2011. Además, a diferencia de este último, ya no tienen el punto al final de cada uno. Así de sencillas son las modificaciones que acentúan la finura de esta creación.

Ambas novedades están equipadas con el calibre L093.1 de cuerda manual, 72 horas de reserva de marcha y 2.9 milímetros de grosor. Con la caja alcanzan una altura de 5.9 milímetros. No son, por supuesto, los relojes más delgados que existen en el mercado, pero a los germanos de A. Lange & Söhne los récords los tienen sin cuidado. Para ellos es más importante que un movimiento “simple” de 167 componentes que solo despliega horas y minutos reúna los elementos propios de un mecanismo de la casa y cumpla con los requerimientos de precisión y calidad. Por ello, en el fondo de la caja, a través del cristal de zafiro, se puede apreciar la platina tres cuartos de alpaca natural y el puente del volante grabado a mano, con las superficies pulidas y decoradas al estilo de los relojeros más reconocidos de Glashütte.

La colección Saxonia se fortalece con otra novedad dada a conocer en 2016, que incluye fases de luna y la famosa gran fecha de A. Lange & Söhne. En este caso, la caja de oro rojo u oro blanco mide 40 milímetros de diámetro por 9.8 milímetros de grosor. Su movimiento es el calibre Lange L086.5 de cuerda automática con 72 horas de reserva de marcha. Previamente ya existían un Saxonia con doble huso horario, otro con calendario anual, una versión automática de 38.5 milímetros de diámetro con pequeños segundos y una versión manual de 35 milímetros con pequeños segundos. Pureza obliga.

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