Estos guardatiempos son piezas extraordinarias que destacan este 2016. El encuentro de las horas, la innovación y la tradición relojera llevada a la escala de lo excepcional. Como la industria automotriz o aeronáutica, los relojes compiten cada año por ir más allá de lo establecido. Nuevos materiales, relojes ultracomplicados, oficios artísticos minuciosos y centenarios y, por encima de todo, el valor del savoir-faire, la ortodoxia de la relojería suiza contagiada del espíritu del progreso del siglo XXI.

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