El actuar de un gobierno se aprecia en sus políticas públicas, sin embargo, la falta de una evaluación objetiva y la ausencia de una mejora continua ha sido un lastre de todos los órdenes de Gobierno en el país. Además, es común que los ciudadanos y los estudiantes de esta área se preocupen por cómo blindar las acciones estratégicas de los gobiernos; es decir aquellas políticas que tendrán un impacto transexenal y profundo en la vida de los ciudadanos, de las ciudades y, consecuentemente, de las siguientes generaciones. Les inquieta que este tipo de políticas se detengan o cambien abruptamente en función del siguiente “gran plan de Gobierno” que se anuncia cada seis o tres años (según el tipo de gobierno), lo que además repercute en la eficacia del gasto de los impuestos de todos los contribuyentes.

Para aminorar el riesgo de lo anterior, el estado de Nuevo León inició un proceso de diseño e implementación de una institución que pretende controlar este problema. La institución que se encarga de realizar esta tarea es el Consejo Nuevo León, la cual fue creada por la Ley de Planeación Estratégica y tiene la conformación de un órgano de Estado, ya que están representados los tres poderes, los rectores de las tres principales universidades del Estado y seis ciudadanos, cinco de los cuales dirigen comisiones y uno de ellos es el presidente ejecutivo. Dichas comisiones a su vez son integradas por empresarios, académicos y actores sociales especialistas en cada uno de los temas que les toca evaluar. El Consejo tiene un secretario técnico (con un área técnica de soporte sólida) y es presidido por el gobernador del Estado; es decir, es un órgano del Estado con participación ciudadana.

El instrumento que se utiliza como marco de referencia para evaluar el actuar del Gobierno, es el plan estratégico a 15 años (el cual se revisa en los contenidos cada 3 años). Éste fue realizado por el Gobierno y los integrantes del Consejo, además de ser puesto a consulta de la ciudadanía. Otra de sus funciones básicas es alinear el plan sexenal al plan estratégico, que también es evaluado por el Consejo. Estos planes tienen indicadores de evaluación por año, cuyo resultado se entrega por ley al gobernador y también al Congreso del Estado con un capítulo de opiniones y de recomendaciones. De este modo, también se sociabiliza y publicita con la ciudadanía y con actores representativos de la comunidad.

Es importante decir que el Consejo es un modelo que, desde la naturaleza de las instituciones, tiene características de un Consejo de una empresa ya que realiza opiniones y recomendaciones sobre las acciones del gobierno. En su seno se perciben equilibrios técnicos y de autoridad moral por el diseño de su conformación. El Consejo también actúa como un órgano moderador en situaciones de tensión entre posturas de partidos políticos o entre poderes, así como en políticas públicas cuestionadas (acueducto Monterrey VI). La legitimidad de acción del Consejo está basada principalmente en su capacidad técnica e imparcialidad política. Si uno o los dos atributos se diluyen, se debilitará la fuerza de sus recomendaciones.

El Consejo Nuevo León emitirá en próximos días su evaluación anual. Es posible identificar indicadores en donde el Gobierno sale bien evaluado, pero en otros donde éste tendrá que esforzarse más para cumplir lo que se comprometieron a implementar en sus planes de gobierno. El informe también señala dónde se ha alejado de su meta a largo plazo, así como su posición con respecto al camino trazado.

Hoy Nuevo León propone una nueva institución innovadora que no existe en otro estado. Hay que estar atento al impacto real que tendrá la medición y las recomendaciones. Si el gobernador del Estado y el Congreso Local utilizan constructivamente las recomendaciones del Consejo, la institución saldrá fortalecida.

En estos tiempos que exigen nuevas formas de fortalecer la democracia con eficiencia es importante voltear a ver a los estados y a sus instituciones, ya que en el federalismo estos son los laboratorios de las nuevas instituciones nacionales. En este caso, el Consejo puede ser un referente exitoso para mantener y mejorar de manera transexenal las políticas que funcionan, y eliminar de manera ordenada lo que la evidencia sugiere hay que hay quitar. De esta forma, no empezar las políticas públicas al inicio de cada gobierno y procurar entrar en un ciclo que eleve la calidad de las políticas gubernamentales.


Académico de la Escuela de Gobierno y Trasformación Pública del Tecnológico de Monterrey.

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